Desde el 2014 Argentina logró la disminución de los embarazos en adolescentes de manera continua y, en el último dato oficial de estadísticas vitales (2021), los indicadores demuestran que bajaron hasta un 57% desde el 2005.
¿A qué se debe esta positiva mejoría en materia de salud y derechos para las niñas y adolescentes? Y, ¿por qué es tan importante seguir trabajando esta problemática?
Varios son los motivos de este descenso en el porcentaje de embarazos en adolescentes. Para empezar a enumerarlos, debemos hacer mención de las políticas públicas y el rol de un Estado presente en el tema.
El Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia es una campaña nacional que busca garantizar los derechos de les adolescentes al acceso gratuito de métodos anticonceptivos, la ESI (Educación Sexual Integral) y asesorías en las escuelas. Si bien este proyecto fue implementado en 2017 por el ex presidente Mauricio Macri, el programa siguió vigente luego del cambio de gobierno.
Además, en el 2014 se incorporó al grupo de métodos anticonceptivos gratuitos el implante subdérmico, un dispositivo que se coloca debajo de la piel y su efectividad dura entre 3 y 5 años aproximadamente. Dato que no es casual. La difusión e implementación de métodos anticonceptivos de larga duración, como también lo son el DIU o el SIU, garantizan que las adolescentes no dejen sus estudios por embarazo.
Según este informe, las jóvenes madres que no concluyeron con la formación básica primaria fueron 10.536 y las que no finalizaron sus estudios secundarios fueron 25.220 del total de menores de 10 a 19 años que dieron a luz (47.630).
Por otro lado, la incorporación de la ESI en las escuelas brindó a los niños, niñas y adolescentes información para poder tener libertad y autonomía tanto corporal como sexual. Es fundamental que esta asignatura esté presente en las escuelas desde el nivel inicial ya que es una herramienta clave a la hora de prevenir los abusos sexuales en la infancia.
Asimismo, la ESI brinda herramientas para el cuidado y preservación de la salud, no sólo por las enfermedades de transmisión sexual, sino que también exponen los riesgos en la salud que implica que una niña (10 – 15 años) o una adolescente (15 – 19 años) pase por un embarazo / parto con su escaso desarrollo corporal.
Abordar esta temática es importante a nivel social y político porque implica que los derechos de las niñas y adolescentes no sean vulnerados ni se perjudique su futuro.
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