1981 y 2001 fueron dos años claves en la cultura Argentina. Desde Minúscula, en vísperas de un nuevo 24 de marzo, recordamos cómo atravesó la última dictadura cívico-militar del país al mundo del teatro.
Por Consuelo Woodgate y Alfonsina Carissimo
“Porque amamos dolorosamente a nuestro país y éste es el único homenaje que sabemos hacerle; y porque, por encima de todas las razones, nos sentimos felices de estar juntos”, así cerraba el discurso inaugural Jorge Rivera López (Presidente de la Asociación Argentina de Actores en ese entonces) escrito por el dramaturgo Carlos Somigliana, en el Teatro Picadero, en el año 1981.
De esta manera comenzaba el movimiento artístico que se llamó, entre 1981 y 1983, “Teatro Abierto” (TA). Este grupo nació durante el último Golpe de Estado en Argentina, donde se censuraba una lista larga de acciones, canciones, lugares, hobbies y personas.
TA fue organizada por un grupo de dramaturgos integrado por Luis Brandoni, Oscar Viale y Pepe Soriano, entre otros actores reconocidos, que buscaban mantener viva a la sociedad mediante el arte a pesar de estar condicionados por una censura incesante.
TA consistía en 21 obras cortas de 21 autores. En aquel entonces, se pusieron en venta mil abonos para las funciones y se vendieron casi de inmediato. El 28 de julio comenzaron las funciones con la capacidad completa de la sala.
Según Hilda Cabrera (periodista y crítica teatral) «en un primer momento sólo se contaba con cinco directores, cuando se divulgó el proyecto se postularon 36. Después aparecieron músicos, escenógrafos y técnicos. En cuanto al dinero, hubo aportes varios, además del que provino de la venta de abonos”. Pero una semana después, en la madrugada del 6 de agosto de 1981, un comando militar provocó el incendio de las instalaciones del Teatro del Picadero.
Aquella noche, apenas se enteraban, los artistas se reunieron en el emblemático bar La Academia, en avenida Callao. Los unían las ganas de seguir y alrededor de ellos se esbozaba una sola idea: continuar con lo que habían empezado.
Después de algunos comentarios y observaciones, que fueron bien recibidas, el ciclo decidió en 1982 cambiar su organización y funcionamiento. En 1983 también volvieron a reorganizarlo: sumaron más obras y autores extranjeros. Este último se inició con una murga en las calles de Buenos Aires bajo el lema “Por un teatro popular sin censura”. Esto duró hasta 1986, cuando no se volvió a saber de Teatro Abierto.
LA MEMORIA SIGUE INTACTA
20 años después, en 2001, surgió “TeatroxLaIdentidad” (TXI), a partir de la “profunda necesidad de articular legítimos mecanismos de defensa contra la brutalidad y el horror que significan el delito de apropiación de bebés y niños, y la sustitución de sus identidades de un modo organizado y sistemático por parte de la última dictadura cívico-militar argentina.”.
Lo más llamativo e interesante de TXI es que es un ciclo de obras de las cuales forman parte las Abuelas de Plaza de Mayo. Su función principal consiste en mantener viva la memoria haciendo propia la búsqueda a las Abuelas.
¿De qué manera lo logran? Realizan distintas funciones de sus obras de manera itinerante. En centros culturales, escuelas, teatros, plazas, sirviendo como un nexo conector entre la sociedad Argentina y lo sucedido hace 47 años, en el Proceso de Reorganización Nacional (como lo denominaron los militares) regando de esta forma la memoria colectiva.
Actualmente, desde TXI continúan presentando obras de teatro, en las que traen a la realidad actual lo sucedido en la época del proceso. De alguna forma, se recurre a usar TXI como una herramienta de conciencia para los habitantes de un país, que en materia de su historia de Derechos Humanos, tenemos mucho que aprender.
“CONTRAGOLPE TEATRAL”: EL ARTE COMO CONSTRUCTOR DE MEMORIA
“Sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles”, así concluía Rodolfo Walsh su Carta Abierta a la Junta Militar en marzo de 1977. 46 años después, ese mismo motor es el que impulsa a los que luchan, a través del teatro, por la reconstrucción de la memoria colectiva.
En la vigilia del aniversario del último Golpe Cívico-Militar, desde hace casi dos décadas, los teatristas bonaerenses se ponen en escena como una forma de “dar testimonio en momentos difíciles”. A este movimiento artístico se lo conoce como “Contragolpe Teatral”.

El Contragolpe masivo, como lo fue en la provincia en sus primeras ediciones, ya no tiene la convocatoria que solía reunir. Sin embargo, en San Antonio de Areco la tradición sigue vigente. Un grupo de artistas llevarán a cabo hoy a las 21:00 en el Salón Guerrico una nueva jornada de teatro, lecturas de textos y manifiestos, música y demás expresiones artísticas.
El objetivo principal del Contragolpe Teatral es reunir a los trabajadores del arte y que puedan expresarse libremente: sin censuras, incendios de teatros, desapariciones, ni persecuciones.
“La memoria no es algo estático. Es muy importante que desde el arte se reivindique la palabra ‘Memoria’ año tras año. Además, debemos dar testimonio de lo que sucede hoy, a través del arte, para construir memoria. Los informes de la CORREPI sobre los desaparecidos en democracia son letales”,
Silvio Menconi, actor y organizador del Contragolpe Teatral en San Antonio de Areco.
Tanto Menconi como la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), en su último informe, denuncian una deuda: la de la democracia con el pueblo trabajador. Según la última recopilación de la CORREPI de casos de personas asesinadas por el aparato represivo del estado entre 1983 y 2022, las víctimas fueron 8.701.
“‘En el claroscuro surgen los monstruos’, decía Antonio Gramsci. Y en ese claroscuro estamos. Las derechas en todo el mundo, en sus distintas expresiones más o menos radicalizadas, están ocupando un lugar central en la política. La novedad no es el hecho en sí, sino las formas. Sin esconder sus propuestas, y aún con la vivencia de sus consecuencias en muchos países (como lo padecido durante el gobierno de Cambiemos en Argentina), la derecha logra conquistar la subjetividad de sectores populares que, más temprano que tarde, se verán perjudicados en su propia vida cotidiana”, CORREPI.

En cuanto a la situación actual del país, en materia de democracia y Derechos Humanos, Menconi habla de una democracia “débil”, además, manifiesta: “No debemos olvidar lo que pasó, sobre todo en tiempos de tanta confusión. Hoy tenemos un personaje en la política como Milei, cuyas propuestas representan las ideas de la dictadura: la dolarización para excluir, la sociedad civil armada. No estamos tan lejos de lo que sucedió”.
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