Un día como hoy, pero en 1961, nació Julia Calvo. Actriz, cantora, docente, directora de teatro. A lo largo de los años y a través de personajes entrañables supo como nadie crear un vínculo de amor con el público. Hoy, mientras se luce en las tablas del Teatro Liceo en Piaf, junto a Elena Roger, desde Minúscula homenajeamos a Julia en el día de su cumpleaños compartiendo con ustedes esta entrevista que recorre pasajes de su vida y su carrera entre anécdotas y personajes.
Nota del redactor: lo que van a leer es parte de una entrevista con Julia que realicé hace ya diez años mientras trabajaba en FM Aprender. El audio de la entrevista completa lo van a encontrar ya disponible en Spotify al final de la entrevista.
– ¿Cómo empezaste a actuar?
– Cuando estaba en tercer grado me llamaron para cubrir un rol en un acto de Sarmiento y me encantó. Me encantó que me sacaran del aula. Me divertía mucho, así que de ahí en más estaba en todos los actos que se hacían. No conforme con eso, me anotaba en todo con tal de que me sacaran de la clase: me anoté en danzas escocesas, en danzas folklóricas. En casa siempre tuve el permiso de poder expresarme. Mi cocina, la de mi infancia, era muy grande y me servía para actuar. Ahí actuaba y cantaba para millones de personas y eso me encantaba.
– ¿Cómo encarás un trabajo sobre el escenario?
– Disfruto mucho de lo que hago, del público presente, el disfrute es fundamental. Así abordo los trabajos; me gusta mucho el público presente. La sensación de comulgar con la gente con un material, de dar y recibir, es realmente un estado de gracia.
– ¿Qué me podés contar de la “Tía Charly”, tu personaje en “Alma Pirata”?
– En el caso de Charly, te puedo contar algo que pasó cuando Cris (Morena) me lo ofreció. Leí el personaje y le dije: “Ah, hago de vos”; y ella me contestó: “No, no, es la tía de los chicos”. Entonces le contesté: “Sí, pero es esta tía gamba que les hace pasar cosas divinas y los hace crecer a través de ellas, y eso es más o menos lo que vos hacés, según entiendo”.
– Yéndonos a otro tipo de personaje, si te pregunto por Justina, uno de tus personajes en “Casi Ángeles”, ¿qué me decís?
– Que es gracias a Justina todo el mundo me llama “Tía”. Más allá de Tía Charly, es por ella que todos me llaman así. De hecho mis sobrinas, a quienes les pido que me llamen “Julia”, siempre me dicen: “¡¿Todo el mundo te dice Tía y nosotras que somos tus sobrinas tenemos que llamarte Julia?!”. Lo que pasa es que cuando la gente me dice así yo sé a qué tía se están refiriendo, mientras que cuando ellas me llaman así me envejecen.
– Con esos personajes, marcaste la infancia y adolescencia de muchos ¿cómo te sentís al respecto?
– Cuando uno genera este tipo de personajes no se da cuenta del alcance que tiene. Esto de, por ejemplo, acordarse cosas que uno dijo, y en realidad no lo dije yo, lo dijo Leo Calderone o Cris, el tema es que de alguna manera “lo dijo Justina” y así le llegó al espectador de una forma especial. Me emociona mucho cuando los padres se acercan a decirme “¿Sabés que fueron muy importantes para mi hijo las cosas que decías?”. Me alegro que mi personaje haya marcado de alguna manera al público que lo recibió.
Para mí “Casi Ángeles” fue muy especial, y “Alma Pirata” también, porque fueron años muy felices de mí vida y a la vez muy tristes porque perdí a tres personas muy importantes en mi vida, mi papá, mi hermana menor y mi mamá. Entonces para mí fue un acompañamiento, no solo Cris, los libros y el público, sino poder transformar ese dolor mío en algo que le sirva a otro, que ilumine a otro, que transforme a otro de alguna manera. Creo que debo ser una de las más malas más queridas del mundo.
– A lo largo de tu carrera hiciste personajes tanto de comedia como de drama, y en todos te desenvolvés como si fuera tu estado natural. ¿Cómo pasas de un estado al otro?, de la comedia musical al drama.
– Jugando. Hago de la misma manera uno que el otro, desde el mismo lugar; después la respuesta del otro lado es que la gente se ríe o se emociona, y también me pasa a mí haciéndolo. Desde chica, gracias a mis viejos, a mis hermanos y hermana, aprendí a hacer las cosas jugando, con ellos nos pegábamos cada viaje cuando jugábamos; hasta que nos aburríamos, cuando nos aburríamos no jugábamos más. Esto mismo es lo que sigo enseñando cuando doy clases, tratar de volver a esa fuente, jugar como cuando se es chico, que te morfás todas las películas, esa es la mejor manera, jugando, porque así no te cansás. No te cansás en la vida y no te cansás en el escenario.
– Con respecto a «Manzi», cuando surgió la idea de hacerlo y te propusieron el papel, ¿qué pensaste?
– Pensé que no iba a poder. Me lo propuso Jorge (Suárez). Él lo tenía en carpeta hace años, tratando de que algún productor le diera bola, a él, Betty Gambartes y a Diego Vila. Cuando estrené «La pulga en Oreja» yo cantaba entre actos unos valsecitos. En uno de los valsecitos, el día del estreno Jorge me dice: «¡Qué lindo es el de Parece Mentira!», «¿Ese de quién es?». “De Homero Manzi”, le dije, y ahí a Jorge le cayó la ficha y me dijo: «Juli, te tengo que proponer algo», “Me propusieron esto, no tenemos producción todavía, pero si sale y lo hago quiero hacerlo con vos». Le dije, «Claro» y él agregó: «Sí, porque yo voy a cantar y nunca canté y la única forma en que puedo cantar es con alguien que es como mi familia, es la única forma en la que me atrevería».
– ¿Qué le dirías a alguien que está empezando a estudiar Teatro?
– Si está empezando a estudiar que trabaje y si está empezando a trabajar que estudie. Sé que es un horror lo que digo, pero la primera vez que entré al Conservatorio dijeron: “Bienvenidos Alumnos, está prohibido trabajar en Teatro mientras estén acá”. Obviamente escuché eso y salí a hacer teatro, porque por algo me lo estaban prohibiendo. ¡Fue genial! Estar estudiando mientras estás haciendo es como ser el piloto de avión que practica en el simulador y después sale a volar, porque las horas de vuelo también son importantes. Concretamente mi consejo es accionar. Es algo que me dijo a mí Pepe Cibrián cuando empecé, “No dejes de accionar, no dejes de hacer. Te puede salir mejor, te puede salir peor, pero no dejes de generar”. Eso se lo agradezco a Pepe desde siempre, su consejo me mantuvo vital y refrescada porque una se va encontrando con gente nueva y el público cambia, las necesidades cambian, sino corrés el riesgo de quedarte estancada.
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