AMBIENTE ENTREVISTAS

“El Camino es la Agroecología”, un documental premiado

En esta película se plantea que ya es hora de un cambio de paradigma, y productores, comercializadores, y consumidores abren sus tranqueras y puertas para mostrar el rumbo. Acá lo cuentan Elías Sáez y Rodrigo Castro Volpe, director y coproductor.

¿Hacemos agricultura para producir alimentos o dinero? ¿Es rentable producir sin venenos? ¿Cómo queremos alimentarnos? ¿Podemos imaginar una agricultura con el foco puesto en la biodiversidad y en la salud del suelo y de las personas?


La respuesta es sí, y buscando narrar las historias de quienes lo están haciendo posible nació el corto documental “El Camino es la agroecología”, que contó con testimonios de productores, comercializadores y consumidores que abrieron sus mundos para mostrar que un sistema agroalimentario a favor de la biodiversidad y de la salud del suelo y de las personas es posible y está en marcha.

La película dirigida por Elías Sáez se estrenó el 1 de junio de 2022 en el 6° Festival Internacional de Cine Ambiental (FINCA) y ganó el primer premio de Corto y Mediometrajes Internacionales y el premio Voto del Público. Fue producida por la Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología en Argentina (RENAMA), Fundación Heinrich Böll Cono Sur y Fundación COEPIO.

Desde el primer fotograma y con el primer sonido, la película invita a una experiencia inmersiva en el ámbito rural de una manera pocas veces vista. Desde ese primer contacto somos parte y tenemos la posibilidad de conocer los territorios del país que están cambiando el rumbo de la producción de alimentos como partes conscientes de un todo, desde un lugar de escucha y humildad ante las enseñanzas de la naturaleza y, sobre todo, en red.

Como espectadores somos testigos y queremos ser cómplices de este cambio que va a seguir creciendo, que nos acerca preguntas y también esperanza. Por eso, el equipo que lo produjo y realizó lo ofrece al público para que se proyecte en distintas comunidades y genere debates sobre la producción y los vínculos con el entorno y la naturaleza (quienes quieran proyectarla deberán contactarse con ellos a través del sitio elcaminoeslaagroecologia.com).

En diálogo con su director Elías Sáez y Rodrigo Castro Volpe, productor agroecológico y coproductor de la película, nos contaron lo que significó para ellos darle vida a este proyecto. 


CONEXIÓN CON LA TIERRA

Elías Sáez nació en Ameghino, provincia de Buenos Aires, y es cineasta. Cuenta que siempre lo guiaron dos preguntas: qué le estaba dejando al mundo y qué aportaba desde su profesión. “Siempre traté de generar contenido que traiga maneras de buscar un cambio, de pegar un golpe, de sacudir, de repensar”, afirma.

Durante 12 años, Sáez estuvo al frente de su productora y generó contenidos para todo el mundo, trabajó con grandes cadenas y encontró lo que tanto había buscado cuando logró materializar la serie “Autosustentables” para Canal Encuentro, un hito clave del proceso que lo llevó a gestar la película. 

Con este proyecto conoció a Eduardo Cerdá, ingeniero agrónomo fundador de la RENAMA y actual director nacional de Agroecología, y supo que tenían que visibilizar todo lo que se estaba haciendo en el territorio nacional.

“Me crié en el campo, fui a la escuela a caballo, viví la naturaleza; y en esa niñez se empezó a conectar el campo con la antroposofía, la biodinámica, la agroecología; y conocí a Eduardo teniendo claro el propósito de generar contenidos que traigan conciencia”, cuenta Sáez.

Por su parte, Rodrigo Castro Volpe vive en Baradero, provincia de Buenos Aires, y es geógrafo de profesión. Desde hace algunos años está en proceso de reconvertir hacia la agroecología una granja familiar de 15 hectáreas, en la que se producían soja y maíz transgénicos.

El encuentro con Cerdá también fue clave para él. “En la búsqueda de encontrar qué se podía hacer y de enfrentarme con un montón de paredes y de ‘no se puede’, conocí a Eduardo Cerdá, a la RENAMA y a productores de Guaminí y de Lincoln. Empecé a acompañar sus procesos y uno de los puntos que observamos y al que decidimos estratégicamente ponerle fuerza fue a la visibilización de quienes están haciendo la transición”, expresa.

Por lo general esa transición se da sin acompañamiento del Estado y “por pura voluntad de los propios productores, que empiezan a darse cuenta de que el modelo basado en insumos no les cierra en términos de números ni de conciencia, por los efectos que ven en los suelos, en sus cuerpos y en las comunidades, y eligen el camino de empezar a entender de qué se trata la agroecología”. 


“Sabíamos que lo primero que necesita la agroecología es la visibilización de la cantidad de personas que la hacen y les va bien, sí o sí teníamos que mostrar eso”,

sostiene Sáez.

EL CONCEPTO DE AGROECOLOGÍA

Para Sáez, agroecología es “entender que cualquier cosa homogénea es mucho más pobre en términos de vitalidad, de nutrición, de vida, y que el concepto de biodiversidad que tiene la agroecología, con esa idea ancestral en la que uno no es parte ni dueño, trabaja a favor, no se enfrenta y no confronta; aplicado a la vida de cada uno probablemente traiga algunas de las respuestas a esos conflictos que tenemos todos los seres humanos”.

Además, aclara que el concepto de agroecología tiene más de una instancia: “Si hacés agricultura teniendo en cuenta a todos los seres vivos y enriqueciendo la biodiversidad tenés una parte. Pero también hay una pata social que está en el vínculo, en cómo afectás positiva y socialmente en tu territorio, tu espacio y comunidad”.

Castro Volpe cuenta que la agroecología cambió mucho más que su forma de producir: “Al plantear una mirada sistémica y trabajar en distintos niveles, implica también trabajarse a uno de manera personal. Transformamos la granja al mismo tiempo que nos vamos transformando nosotros mismos”.

Además, cuenta que una encuesta a productores en transición mostró un patrón de respuestas en las que decían que había mejorado la rentabilidad, pero fundamentalmente que estaban más tranquilos y felices. 

“Para mí, la agroecología te lleva a estar en una situación más resiliente frente a los cambios y eso impacta en todos los vínculos; por eso cuando hablamos de agroecología hablamos de regenerar no solo el suelo, sino los vínculos sociales y de la comunidad. No podemos pensar en vínculos sanos si el modelo productivo de nuestro alimento es tóxico”, agrega Castro Volpe.

Rodrigo cuenta que “uno ve cómo la vida empieza a volver, cómo aparecen los pájaros y plantas que no estaban, empieza a venir más la familia; la vida se encuentra a gusto cuando los agrotóxicos se van del lugar”.

Para él, la agroecología implica también un cambio espiritual: “Sin lo espiritual siento que no es posible percibir algo más que aquello que se puede medir o cuantificar; y ese tipo de cosas me fue atrayendo y me llevó a entender que para cuidar la vida del lugar tengo que estar presente, tengo que estar observando cómo son los patrones, cómo funciona la vida ahí e ir a favor de esos patrones”.

CÓMO NACE EL CAMBIO

“Cuando uno se encuentra con evidencia científica del impacto de los agrotóxicos en los cuerpos, en el agua, en la comida, empieza a preguntarse qué es lo que está haciendo a nivel individual, a nivel del consumo. Y en mi caso también fue con estas hectáreas de mi familia que se estaban dedicando a seguir con este modelo”, asegura Castro Volpe.

La agroecología lo atrajo porque implica un cambio de paradigma y acompañarse con otras personas. “La transición personal no se puede hacer en soledad porque sabemos que el camino es la agroecología, pero no sabemos cómo es. Lo estamos haciendo. Y en este hacer en conjunto el camino hay que estar en red”, reflexiona.

El documental muestra que para que cambien los modelos de producción es fundamental que crezca la conciencia de los comensales, y Sáez destaca que “sin consumidores no hay supermercado que se sostenga, no hay producto contaminante que se sostenga”.

QUÉ MUESTRA EL DOCUMENTAL

Sáez explica que había algunos mitos que se querían derribar, como que la agroecología no se puede hacer a gran escala. “Por un lado, quisimos llevar conciencia al comensal y al ciudadano que no está tan vinculado con la producción, y por otro lado mostrar que en grandes extensiones la agroecología también funciona”, manifiesta.

Cada experiencia y cada pensamiento expresado durante la película se convierte instantáneamente en una cita inspiradora. Y esto se logró gracias a la decisión de Sáez de sacarle presión y formalidad al momento de las entrevistas.

“Cuando uno se conecta y el otro está haciendo lo que dice que está haciendo, con vivencias de verdad, lo único que hay que hacer es evitar que se ponga nervioso y que sea lo más natural posible. Hicimos foco en eso, en encontrar los testimonios y conocer a cada uno”, cuenta Sáez.

LAS REPERCUSIONES DEL DOCUMENTAL

“‘El camino de la agroecología’ es la punta del iceberg”, sostiene Sáez, que imagina que a este le seguirán más documentales episódicos y siente que esto es solo el primer impulso. 

Para Saéz la película hoy es una herramienta para la transformación. “Si este documental lo tiene la RENAMA lo puede tener todo aquel que hace agroecología y quiera promoverla”, afirma.


“Tenemos que pensar cómo reducimos los agroquímicos y cómo acompañamos esta transición para que los productores empiecen a entender que el suelo está vivo y si necesita fertilidad no puedo seguir usando químicos, hay un montón de estrategias, principios y alternativas que presenta la agroecología para hacer ese camino”,

expresa Castro Volpe.

Además, destaca que es importante mostrar que este cambio lleva tiempo, porque implica recuperar la vida del suelo y porque “implica un cambio de paradigma en la cabeza de las personas y es importante que no sea de un día para otro”.

Por eso, vuelve a subrayar que el objetivo es visibilizar, ver dónde están esos productores que desde hace años están demostrando que se pueden mantener los rendimientos, reducir los costos y producir cuidando la salud socioambiental. “Es importante acompañar a los más de 2000 productores agroecológicos que hoy tiene la Argentina y estar orgullosos de que cuidan su suelo y producen alimentos para el pueblo”, expresa.


Nota producida para la Revista Hecho en BS. AS. Empresa Social (Edición 264 – Septiembre 2022) por Rocío Tabares, redactora de Ambiente de Revista Minúscula.
Hecho en BS. AS. nació para ofrecer una oportunidad de inserción laboral a personas en situación de calle y sin trabajo, que a través de su venta y la autogestión obtienen un ingreso digno. Es una publicación independiente y apartidaria que difunde notas de interés general y actualidad, aborda temas sociales, arte y cultura brindando también un espacio para sus vendedores.
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