«Pirámide Invertida» se trata de una propuesta intimista, escrita por el periodista José Montero, que deja en evidencia la ambición, la mentira y la corrupción dentro de los medios de comunicación.
Damián Hernández es un prestigioso comunicador, dueño de medios y figura central de la pantalla chica. Luis, por su parte, es un estudiante de periodismo que aspira a triunfar en el cuarto poder. Una noche, el destino los puso en la misma habitación.
El joven acepta quedarse en la casa del afamado comunicador, que le ofreció asilo ya que vivía lejos y era bastante tarde. ¿Pero, cómo llegó hasta allí? Deseoso de insertarse en los medios, Luis había entregado un currículum en el canal y fue a participar de una prueba.

Esta podría ser su gran oportunidad. Una noche con el empresario, en su hogar, y la posibilidad de demostrar todas sus habilidades para trabajar en los medios. Entonces, la obra presenta el conflicto rápidamente cuando el muchacho ruega al periodista que le devele “la fórmula del éxito”.
“Hay varios temas en curso, como el abuso de poder, la corrupción en los medios de prensa. También la deshonestidad, la falsedad y la manipulación mediática”, agrega Leonardo Gavriloff, director de “Pirámide Invertida” y quien interpreta al millonario periodista.
Pero no solo el universo comunicacional queda expuesto en el banquillo de acusados, “Pirámide Invertida” nos invita a reflexionar sobre la verdadera identidad de las personas ¿Quiénes somos cuando nadie nos ve? ¿Hasta dónde somos capaces de llegar para cumplir un objetivo?

La obra regala una experiencia cercana, intimista. Ningún espectador escapa de la tensión del guión ya que las butacas no están ubicadas de manera tradicional; en este caso, forman un cuadrilátero alrededor de la escena dejando a los actores en medio de una especie de ring de combate.
“El público nos rodea y todos los detalles se pueden ver. En los ensayos pude fijar algunos espacios determinados para la visión de los cuatro frentes. Por eso, les aseguro que si vuelven a ver la obra y se ubican en otro ángulo, seguro se sorprenderán con detalles diferentes”,
cuenta Gavriloff.
La propuesta es intensamente dialogal. Por ello, es importante destacar la soltura con la que Gavriloff (Damián) y Pablo Del Grosso (quien interpreta a Luis) sostienen aquel vaivén ininterrumpido. “Nos demanda un trabajo intelectual, físico y psíquico para sostenerlo durante el tiempo de la representación, ante la mirada tan cercana del público”, reconoce el director.
“Pirámide Invertida” viene exponiéndose desde hace tiempo y recolectando varios triunfos. En 2015, llegó a la ciudad balnearia de Mar del Plata y resultó ganadora del Premio Estrella de Mar, en el rubro Teatro Alternativo.
Desde aquel momento, y durante un tiempo, Gavriloff ya se ocupaba de la puesta y dirección de la obra. “En 2019 decidí recuperar la puesta y asumir el rol de actor, interpretando a Damián Hernández y juntos, con Pablo Del Grosso, estrenamos con la idea de retomar en marzo del 2020, donde nos cortó la pandemia”, recuerda.
Aún así, re-estrenada el pasado 6 de agosto, la propuesta volvió a las tablas y tiene función todos los sábados a las 20 en La Sede Teatro (Sarmiento 1495 – Capital Federal) y las entradas las podés conseguir en Alternativa Teatral.

“Pirámide Invertida” nos lleva a reflexionar sobre la manipulación informativa y cultural. Y aunque su guión ya tiene más de veinte años, ataca sobre un tema históricamente cuestionado. Tan antiguo como actual: los intereses de las empresas monopólicas de comunicación y las ambiciones de quienes las manejan.
FICHA TÉCNICA
Autoría: José Montero
Actúan: Leonardo Gavriloff y Pablo del Groinsso
Asistencia de dirección: Carolina Henríquez
Fotografía: Marcelinho Witteczeck
Utilería: Diego Beltrán
Dirección: Leonardo Gavriloff
Locación: La Sede Teatro
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