AMBIENTE MODA

La revolución de la moda sostenible

La industria textil es una de las más contaminantes del planeta. Sin embargo, existen cada vez más marcas que apuestan por un camino sustentable y más consciente. En esta nota intentaremos comprender, a partir de diferentes voces, por qué es importante que cambie la forma en la que pensamos la moda.

Lo que vestimos dice mucho de nosotros. La ropa que escogemos cada mañana habla de quiénes somos, qué lugar ocupamos en el mundo y cómo elegimos representarnos. Desde esta perspectiva y teniendo en cuenta su impacto, podríamos decir que la moda es una decisión: social, política, económica y ambiental.

Según datos de la ONU, la industria de la moda (ropa y calzado) produce más del 8% de los gases de efecto invernadero que se concentran en la atmósfera contribuyendo al cambio climático y el 20% de las aguas residuales al año. Esto la posiciona como la segunda industria más contaminante del planeta, luego del petróleo.

Para que una prenda llegue a nuestras manos debió haber pasado antes por un largo proceso productivo. Si bien antes de comprar es difícil pensar en el hilado, la selección, la tejeduría, la confección, distribución y demás etapas del camino de una prenda; estos procesos existen y perjudican a niveles inimaginables el ambiente que habitamos.

Un estudio de Reino Unido descubrió que al momento de ser lavadas, las telas y productos fabricados con poliéster y acrílico arrojan millones de fibras plásticas que terminan en los océanos.

El creciente uso de plásticos en la moda es un problema: cada vez se utiliza una mayor cantidad de productos petroquímicos nocivos para fabricar ropa que rara vez se recicla y, finalmente, termina desechada en la naturaleza.


NO LO DECIMOS NOSOTROS, LO DICEN LOS DATOS

Fashion Revolution es un movimiento internacional sin fines de lucro con equipos de trabajo en todo el mundo que buscan reconstruir los vínculos rotos en la cadena de suministros de la industria de la moda. Cree en un modelo que valore a las personas, el ambiente, la creatividad y la ganancia en la misma medida.

En su paper “It’s time for a fashion revolution” (2015) arrojan los siguientes datos:

  • Una camisa de algodón utiliza alrededor de 2,700 litros de agua (WWF, 2013). El mar de Aral se ha reducido a sólo el 10% de su volumen anterior, debido en parte al cultivo de algodón.
  • El 17-20% de la contaminación industrial del agua proviene del teñido y tratamiento de textiles. (The Guardian, 2012).
  • Los detergentes pueden contener fosfatos, que reducen la calidad del agua y dan lugar a crecimiento de algas.
  • De acuerdo con la Red de Acción de Plaguicidas, el algodón no orgánico utiliza el 22.5% de los insecticidas del mundo y el 10% de todos los plaguicidas, que es el 2.5% de la tierra agrícola del mundo.

DAR VUELTA LA TORTILLA: REVOLUCIONAR LA FORMA DE PENSAR LA MODA

El panorama no es totalmente desesperanzador. Actualmente, el mundo de la moda sustentable toma cada vez más notoriedad y son miles las marcas que han comenzado a cambiar el paradigma de la producción de la indumentaria y que luchan contra las fast fashion.

Según la RAE la moda es el “gusto colectivo y cambiante en lo relativo a prendas de vestir y complementos”. Gusto colectivo y cambiante. La problemática de la forma en la que comprendemos el concepto de “moda” radica, justamente, en cómo elegimos definirla.

¿Cuál es la creencia colectiva que tenemos acerca de la moda? Que es pasajera; temporal; obligatoria. Es un modo de ser y de estar: se está a la moda o no se está. Y no estarlo pareciera ser malo. O eso nos contaron.

El término “fast-fashion” hace referencia a la moda rápida, momentánea, de temporada. Se trata de colecciones de ropa confeccionadas en masa y con el objetivo de que no sólo sean usadas de una forma rápida, sino que también su descarte lo sea.

El principal objetivo de la moda sustentable es, justamente, brindar herramientas de acción para cambiar los hábitos de consumo de las personas. Por su parte, la moda upcycling se encarga de utilizar residuos o desechos para la fabricación de prendas de vestir.

Desde el momento en el que las marcas cambian su proceso productivo para ser más amigables con el ambiente, están cambiando el paradigma de la moda. Generalmente se trata de prendas de diseño que no se rigen por las tendencias sino que son creadas a través de diferentes técnicas y con el fin de crear conciencia. 

Te dejamos 5 hábitos contra las fast fashion que compartió la blogger Delfina Mosqueira:

•Hacé circular tu ropa.

•Comprá segunda mano.

•Elegí tus básicos.

•No compres “por comprar”.

•Preguntate antes de comprar si realmente necesitás la prenda.


CAMILA GÓMEZ: DE SAN ANTONIO DE ARECO AL MUNDO

Cuando Camila Gómez, diseñadora de indumentaria oriunda de San Antonio de Areco y fundadora de GOMEZ Creative Studio, llegó a Bélgica no tenía idea de que meses más tarde representaría a Fashion Revolution Belguim en el Fair Fashion Fest, un festival de moda sustentable en la ciudad de Ghent.

Un país nuevo. Un idioma nuevo. Relaciones nuevas. Camila se mudó a Bélgica a finales del año pasado y, desde que llegó, no paró de moverse. Experta en moda upcycling y marketing, la diseñadora supo que si quería llevar adelante una vida sostenible, debía antes conocer el panorama ambientalista de Bélgica.

Así fue que encontró emprendimientos de moda, higiene y cosmética sustentables y comenzó a crear lazos con emprendedores del lugar y también latinos que, como ella, promueven la moda sustentable. “Me vine para acá sin conocer a nadie prácticamente, pero desde el momento cero trabajé y me esforcé en conseguir contactos. Y así sucedió”, manifiesta Gómez.

Las redes sociales siguen tendencias. Modas. Y lo hacen constantemente. TikTok tal vez sea la red social que lo hace en menor cantidad de tiempo; algo que está “de moda” hoy, tal vez mañana ya no lo esté.

Sin embargo, siguiendo con la idea de cambiar paradigmas, Camila no se quedó atrás de la evolución de las redes y se subió a la ola tiktoker. Así fue que conoció a una influencer de moda sostenible que resultó ser una de las organizadoras de la Fair Fashion Fest. Ella fue quien la invitó a participar del festival.

Y si hablamos de la revolución de la moda no podemos dejar de pensar en la moda digital. El mundo de las criptomonedas, las NFT y el metaverso sin dudas es una nueva forma de pensar al mundo y la moda, en este sentido, no se quedó atrás.

“Los diseñadores de indumentaria ahora no solo tenemos que producir colecciones sino que también capacitarnos en el modelado 3D. Creo que este va a ser el nuevo modo de comprar”, expresa Gómez acerca de la moda digital.

Así es: como compramos atuendos para asistir a eventos específicos, de la misma forma podemos ahora comprar ropa para eventos que se hacen en el metaverso. ¿Si eso no es revolución, entonces qué es?


“La tecnología hace que más voces sean escuchadas”,

Fashion Revolution.

Gómez cree que, eventualmente, todas las marcas van a tener que ser sustentables o que, al menos, deberán cambiar su forma de producir. “Hay otro camino. La forma de producción tiene que cambiar totalmente, no podemos seguir así”, concluye.


LA ROPA SECOND HAND Y LAS FERIAS VINTAGE: MODA QUE SÍ

¿Por qué ningún jean le compite a ese heredado de una prima? ¿Es posible que el color de esa remera que me pasó mamá jamás se destiña? ¿Existen, acaso, camisas de mejor calidad que las de las abuelas? 

La palabra vintage tiene su origen en el término francés vendange, que significa vendimia. Y es que, como el vino, hay ropa que también incrementa su valor con el paso del tiempo. Las ferias vintage crecen cada vez más y San Antonio de Areco no fue la excepción.

Somos Vintage se trata de un proyecto sustentable impulsado por Pilar Almena y Ana Laura Spina. Es un evento que impulsa la economía circular y la moda sostenible y tendrá su primera edición el próximo sábado 18 de junio.

En los pueblos, muchas veces, cuesta cambiar paradigmas. La duda, el debate, el cuestionar, muchas veces causa incomodidad. Sin embargo, los aires que mueve la revolución ambientalista son de cambio y, muchas veces, logran llegar muy lejos.

Pilar, gestora del proyecto, manifiesta que, para comenzar a ser consumidores conscientes y responsables, hace falta romper con la costumbre de ir a un comercio a adquirir una prenda que sabemos que viene de un proceso productivo altamente perjudicial para el ambiente. 


“Es sumamente importante tomar conciencia sobre la industria de la moda y el maltrato que recibe el planeta de todas las empresas que fabrican textiles”,

Pilar.

El evento de Somos Vintage contará con emprendedores de ferias americanas con ropa vintage, de segunda mano y de diseño. Además, habrá marcas de biocosmética, joyas hechas a mano, artes gráficas y un vivero. También contarán con un catering dulce y salado vegano y una barra de tragos.


«Con el paso del tiempo me di cuenta de que hay que cambiar 100% la industria. Es increíble cómo creció el mercado de la ropa vintage y second hand. La gente está tomando consciencia. Además, el hecho de que la ropa tenga una historia por detrás la hace más atractiva para el público”,

Camila Gómez.

“No solo la feria y lo que se vende va a ser vintage, sino que también vamos a contar con un DJ que va a tocar música vintage: funk, soul, disco”, cuenta Pilar. Además, explica que en el evento no se darán bolsas plásticas y que impulsan a las personas a ir en bicicleta.

5 ventajas para vestir ropa vintage según Magpie:

•Vestir vintage dota de exclusividad y originalidad. No hay dos prendas iguales en lo que a la moda vintage se refiere.

•Rebuscando entre accesorios y prendas vintage es fácil dar con firmas reconocidas o de diseñadores independientes a precios mucho más asequibles.

•La reducción de materias primas y de la huella de carbono que significa la fabricación de ropa nueva y la comercialización y distribución de ésta, no está presente en la moda vintage.

•La moda vintage cumple con la reutilización y el reciclaje, ya que da una segunda oportunidad a ciertas prendas y evita que se tiren sólo porque una vez pasaron de moda.

•En el mundo de la moda vintage no entran en juego los costes de producción, los residuos y la contaminación que los grandes fabricantes de ropa utilizan en cada uno de los pasos hasta que el producto en sí llega al consumidor final.

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