Reestrenó el domingo 13 “I-Ching”* de la dramaturga Catalina Piotti, en el Teatro Border de la Ciudad de Buenos Aires. Habrá otras dos únicas funciones los domingos 20 y 27 a las 20:30.
Ese beso. Esa toma. Un libro. Hollywood. El cine de Quentin. Aquella imperdible banda sonora. La pretenciosa Academia. La remera de Inglourious Basterds. Una historia. El impecable climax. Fundido.
Todos, alguna vez, transitamos momentos de crisis. En el mundo de lo inmediato, de la eterna competencia y de la perfección como modelo estándar, no pasar por momentos de estrés parece inalcanzable. En su obra “I-Ching”, Catalina Piotti, guionista, dramaturga y actriz, logró retratar ese momento de caos sobre el que pocos hablan pero que todos vivenciamos.
El término “I-Ching” significa “libro de las mutaciones”. En la obra de Piotti, Leticia (interpretada por Catalina Cofone Polack), una joven guionista ermitaña, transita una fuerte crisis de creatividad y depositará sus últimas esperanzas en el I-Ching, un oráculo chino milenario.
“Hubo muchas mañanas de pánico en las cuales la guerrilla neurótico-revolucionaria que habita en mi cabeza se resistió a pulsar con la vida y se encargó de manipular a mi creatividad. Atentó contra la capacidad de construir mundos ficcionales y alternativos (¿autobiografías camufladas?) para instalar una especie de paranoia caótica”,
Catalina Piotti.
Si bien es cierto que las crisis existen y son parte del proceso creativo, también es cierto que son necesarias para ver el panorama de la vida con mayor claridad. En el caso de Leticia, la inspiración llega junto con Amelia (Luciana Caisutti), la antítesis de lo que la guionista representa.
EL TERCER PERSONAJE: EL SÉPTIMO ARTE
El cine es, sin dudas, una forma del arte. La elección de planos, la redacción del guión y la fotografía no se alejan demasiado al trabajo de un escritor, poeta o dramaturgo. En su creación, Piotti depositó toda su adoración por el séptimo arte para retratar o retratarse en Leticia.
Repleta de gags cinéfilo-geeks, “I-Ching” brinda una experiencia escénica diferente: se trata de una propuesta teatral cinematográfica. Si bien en escena sólo se las ve a Leticia y Amelia en un escenario vacío pero repleto de simbologías, el cine jamás deja la sala.
En la propuesta de Piotti, Leticia juega un papel de “heroína del cine independiente” (incluso cuenta con una capa), pero a su vez no puede dejar de lado su único sueño en esta vida: triunfar en Hollywood. Finalmente, es la heroína la que se dará cuenta de que, en realidad, ella es la que necesita ser salvada.
LA INTERTEXTUALIDAD
En “I-Ching” la teatralidad y el cine coexisten y se retroalimentan constantemente. El crossover de historias, películas y escenas logran que ésta se trate de una experiencia igual de innovadora que asombrosa.
A lo largo de toda la obra se hace referencia – en voz alta y en silencio – a decenas de autores: pensadores, escritores, poetas y directores. Sin embargo, no deja de ser una propuesta apta para sabedores de cine y quienes lo ignoran.
“Las historias que lanzamos al universo ahora pertenecen al universo y van a resonar sincrónicamente y perfectamente expandiendo su oleaje poético”,
Catalina Piotti.
“I-Ching” cuenta una historia: el relato de la vida misma. Con sus vaivenes, su sonido de fondo y momentos de tensión. El cine hecho poesía. Una propuesta obligatoria para cinéfilos (y para los que no lo son, también).
FICHA TÉCNICA
Actúan: Luciana Caisutti / Catalina Cofone Polack
Realización audiovisual: Natalia González
Diseño de luces y espacio: Estefanía Piotrkowski
Diseño de vestuario: Marisol Castañeda
Diseño gráfico: Agustina Marambio De La Vega
Prensa: Valeria Franchi
Asistencia General: Bernardo Artica
Dramaturgia y Dirección: Catalina Piotti
Duración del espectáculo: 70 minutos
Redes sociales: @iching.teatro
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