SOCIEDAD

Adopción y búsqueda de orígenes: por qué saber nuestra identidad es un derecho

Saber sobre tus orígenes es un privilegio. Si los conocés, quizás nunca te cuestionaste por qué lo es. La búsqueda de los orígenes biológicos es un derecho para toda persona que no pudo criarse con su familia de origen o ampliada. Si bien muchas veces se ve vulnerado, se trata de un derecho humano fundamental.

En Argentina la primera ley de adopción se reguló en el año 1948. El estado en ese momento se vio involucrado y tuvo que asistir hacia la protección de niños y niñas abandonados. Que las adopciones fueran reguladas se trató de una medida creada fundamentalmente para la protección de niños y niñas desamparados o “a merced del poder de cualquiera”, laisser a bandon, tal como reza el origen de la palabra abandono en francés antiguo.

Siempre que hablamos acerca de la adopción, hablamos de legalidad. Gracias a su legalización, niños desamparados pueden tener el privilegio de crecer en una familia. Cada juicio de adopción dispone de expedientes judiciales propios. Esto es muy valioso ya que le otorga a la persona adoptada un recurso legal y único de tener en sus manos su expediente que contiene datos acerca de su origen. 

Pero no sucede lo mismo con las sustituciones de identidad. En las entregas directas de menores muchas veces solo existe una partida de nacimiento adulterada, con datos que pueden no corresponder a la realidad o que fueron parte de un entramado tan secreto como ilegal.

Hoy en día se comprende que, tanto en adopciones como sustituciones de identidad, las infancias son sujetos de derecho, ya no deben ocultarse los procesos y la llegada de un menor al hogar ya no tiene que ser un secreto a voces.

Se lucha por todos aquellos niños y niñas que no pudieron elegir su destino, por las búsquedas sin resolver, por identidades inconclusas. La búsqueda de los orígenes biológicos es una elección y un deseo muy propio.


Si sos hijo/a por adopción o apropiación es importante que sepas:

-No es un motivo para avergonzarse ni para ocultarlo, ya bastante tenemos con los secretos y el tabú acerca del tema.

-Tus padres adoptivos te esperaban para que seas parte de su familia: te eligieron. Esto implica que no hay que agradecer de por vida esa acción ya que no fue un “acto de caridad”.

-Tener ganas de saber acerca de tus orígenes no es cuestionar a tus padres por adopción. Tiene que ver con la necesidad de construir tu historia.


Completando historias

Patricia Margaria nació en 1974 y es buscadora de sus orígenes biológicos. A través de su historia y su anhelo, que a su vez es el deseo de muchas otras personas, hoy también arma redes para ayudar colectivamente.


“Desde hace muchos años busco mis orígenes biológicos. No soy la única, miles de argentinos recorren este complejo camino: personas que fueron adoptadas, pero no tienen datos suficientes en sus expedientes o apropiadas (anotadas como hijos biológicos de sus padres de crianza) o que desconocen a uno de sus progenitores. Todos con el mismo sueño de llegar a la verdad«,

Patricia Margaria.

En 2009 Patricia comenzó su búsqueda y creó un blog: “Completando mi historia”, que luego derivó en un libro “Palabras para encontrarte”, publicado en 2016. “Creo fervientemente que la verdad libera y que es importante que la sociedad entienda que la identidad es un derecho. Que es sano, lógico y natural querer saber y que nada bueno surge del silencio“, manifiesta.

Si buscas tus orígenes o si querés ayudar a su difusión podés sumarte: “Completando mi historia” vía Facebook, o @patriholmes por Instagram.

Quiero saber sobre mis orígenes, ¿Por dónde empiezo?

  • Chequeá datos: expediente de adopción en el juzgado que haya intervenido, partida de nacimiento, cartas, informes, papeles, todo lo que encuentres puede servir.
  • Animate a buscar nombres vía redes sociales, buscadores, grupos de Facebook. La búsqueda es muy activa.
  • Charlá con personas claves* que pueden brindarte información: pueden ser familiares cercanos o vecinos, amigos de la familia.

(*Si vos sos esa persona clave: empatía y comprensión. La búsqueda es hermosa, pero también puede ser dolorosa, colaborá en lo que puedas.)

Es preciso destacar que, si bien estas líneas se centraron en las adopciones y sustituciones de identidad, también hay personas que, aun siendo criadas dentro de su familia extendida o núcleo familiar, desconocen datos de su procedencia: abuelos o tíos que se hacen cargo de la crianza, fallecimiento de progenitores, madres o padres que crían en soledad. Para estos niños, niñas y adolescentes también es relevante conocer qué sucedió en aquellos primeros tiempos donde otras personas decidieron su destino.

Si desconocés tus orígenes, desde hoy sabes que es un derecho que nos constituye como personas. Escribí tu historia, abrazala, gritala, armá tus preguntas, búscá tus respuestas. Es un proceso personal e íntimo, su intención no es dañar o perjudicar a nadie, sino intentar cerrar interrogantes para tener un sentimiento de identidad más completo. Tenés derecho de conocer tu propia historia.

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