Las luces justas, vestuario mayoritariamente blanco y un escenario cuidadosamente minimalista. Sobre las tablas del teatro Picadilly, la camaleónica Mónica Lerner se pone en la piel de tres personajes para orbitar a Eva Perón; sanguíneamente interpretada por Alejandra Perlusky.
Más allá de las banderas políticas, “Yo elegí ser Evita” es la historia de una mujer atrevida, cegada de amor por quien fue su marido y marcada por un pasado triste y lleno de escaseces. Con texto de Marta Avellaneda, la obra va y viene entre la vida y la muerte sin divorciar al entretenimiento del buen guión; también se da el gusto de proyectar imágenes de la época vivida por Eva y su lealtad inmutable a la causa peronista.
La periodista Estelita Avellaneda (Mónica Lerner) llega a una especie de cielo, o purgatorio, donde habita el fantasma de Evita, quien se sorprende al enterarse de todo aquello que nunca supo y sucedía a su alrededor mientras estaba viva, como aquella gran líder popular. Así también, de lo acontecido en torno a su imagen, luego de su fallecimiento.
“Las casualidades no existen en la vida de quienes tienen un destino grande”, vocifera Perlusky mientras que, desde las venas inflamadas de su cuello asoma la fuerza de Evita. En paralelo, la producción artística, en manos de Martín Gómez Márquez, sortea con éxito la amplia variación de contextos y tolera los bucles atemporales con mucha cintura.

Ganadora de un Estrella de Mar en 2013 y nominada a mejor comedia dramática, “Yo elegí ser Evita” lleva más de diez años de aplausos y Mónica Lerner es la única sobreviviente de aquel elenco original. Periodista, secretaria y la enfermera; más de una década interpretando a estas tres mujeres que, durante la obra, van guiando a Eva para ayudarla a descubrirse como “la gran mujer detrás del mito”.
Lerner y Perlusky regalan un diálogo sólido que se sostiene en una natural complicidad. Los gritos de Eva ante las revelaciones de la periodista y la inmutabilidad de esta última frente a los contraataques de la líder popular no dan espacio a los baches; aunque también proponen espacios de reflexivos silencios.

En setenta minutos de función, las acertadas decisiones de la dirección, a cargo de Diego Rinaldi, ubican una pluralidad de procesos que conforman la sola existencia de una mujer que hizo historia. La que, por amor y admiración, dejó de priorizarse para poder potenciar la imagen de su marido y muchos otros datos inéditos, de valor histórico, que no queremos adelantarte.
La obra tiene función todos los viernes hasta el 1 de octubre en el teatro Picadilly, un espacio pequeño que da lugar a la intimidad entre espectadores e intérpretes.
“Yo elegí ser evita” es una obra a la que le sobran condimentos y abunda en emoción. Alejandra Perlusky (ex Cabaret – Chicago) no solo interpreta a Eva, ¡ella es Eva! Lo termina de confirmar su honesto vibrato cuando, a modo de cierre, entona “No llores por mí Argentina” impulsando a un aplauso a pie por parte de todos los presentes en la sala.