AMBIENTE

La industria textil y su fuerte impacto ambiental

En San Antonio de Areco ya tenemos una opción textil amigable con el medioambiente: GÓMEZ Creative Studio; cada vez son más los diseñadores que se suman al compromiso de la moda sustentable.

En San Antonio de Areco ya tenemos una opción textil amigable con el medioambiente: GÓMEZ Creative Studio; cada vez son más los diseñadores que se suman al compromiso de la moda sustentable.

Por Alfonsina Carissimo


Para que una persona compre una prenda de algodón en una tienda de ropa, debió existir antes un investigador que estudió la semilla transgénica que sería plantada para la siembra de esta fibra; además, hubo un dueño de un campo y empleados que se ocuparon del riegue, cuidados y cultivo; eso se envió a un lavadero; luego, un grupo de personas se encargó del hilado; otras, de la selección; eso pasó a tejeduría; después, el material debió teñirse y pasar por diferentes procesos químicos para lograr el cuerpo y la textura de la tela; entonces, el producto debió ser vendido a diferentes países; una vez ubicada la tela, ésta debió pasar a ser confeccionada; y, por último, distribuida por todo el mundo.

La industria textil es el sector productivo de la sociedad que se encarga de la fabricación de fibras, hilados y telas que luego serán confeccionados para venderse como prendas de ropa. Se trata de un proceso que involucra muchas instancias (producción, fabricación, hilandería, tejeduría, tintorería, confección, y más, según lo requiera la prenda) y, a su vez, muchas personas

Fotografía: gentileza de Siembra Fotos

Cada año, y cada vez con mayor frecuencia, las tendencias cambian. La música, la literatura, el cine, las artes visuales, la comida, la tecnología, la moda y todo lo que involucra la forma de vida y la forma de ser de los ciudadanos, se ve interpelado constantemente por las últimas tendencias. Entonces, ¿es posible producir y vender algo que mañana tal vez ya no esté dentro de los parámetros de «lo que está de moda”? La industria textil encontró una solución aparente a esta problemática: la llamada moda rápida.

La moda rápida o fast fashion es un concepto que va de la mano con la industrialización, la globalización, el consumismo y el capitalismo; se trata de la comercialización de prendas de ropa que siguen las últimas tendencias y que fueron diseñadas a un costo muy bajo y en muy poco tiempo para que puedan ser obtenidas a precios accesibles. De esta manera, las marcas presentan varias colecciones de ropa anuales para que los consumidores puedan desechar las prendas «viejas» y adquirir las «nuevas» con gran rapidez.

Pero ¿cuál es el problema con la fast fashion? No existe uno, sino varios. La explotación laboral, el consumismo extremo y el cambio climático son algunas de las repercusiones desfavorables que tiene la moda rápida en el mundo. El impacto ambiental que trae consigo este modelo de producción es causado por la contaminación del aire, del suelo y del agua.

En cuanto a la contaminación del agua, muchos colorantes y aditivos textiles de las aguas residuales de la industria textil son tóxicos y no biodegradables y, en consecuencia, son descargados a canales y ríos, permaneciendo en el ambiente. Además, cuando se lava una prenda en el lavarropas, los tejidos sintéticos liberan microfibras (piezas microscópicas de plástico) que luego irán a nuestros ríos y mares.

Si bien parecería que el mundo entero se rige bajo los parámetros del consumismo, cada vez surgen más marcas que buscan salirse de la forma de producción de las fast fashion apostando por opciones más sustentables y amigables con el medioambiente. Tanto es así, que en San Antonio de Areco ya contamos con un proyecto de moda sustentable que impulsó la diseñadora de indumentaria Camila Gómez.

Siete años atrás, por el 2013, hubo un auge del estilo vintage y, junto a él renacieron las ferias americanas. Fue en ese momento que una Camila más chica, estudiante y con un largo camino profesional por delante, comenzó a hacer ferias en su casa. En ese momento, hablar de sustentabilidad era mala palabra, manifiesta Gómez.

Pero la moda sustentable es mucho más que vender ropa usada o de segunda mano en una feria. En realidad, su principal objetivo es reducir el impacto ambiental mediante la reestructuración de un modelo productivo que lleva años en vigencia. La filosofía de esta nueva forma de producir prendas de ropa trabaja en pos a una economía circular que reduzca su huella ecológica.

Además, en 2013 nació el movimiento «Fashion Revolution» – revolución de la moda – , cuando en Bangladesh, Asia, 1.138 personas murieron y 2500 resultaron heridas en el colapso de un edificio en Rana Plaza. Este hecho es considerado como el cuarto desastre industrial más grande de la historia. A partir de esto, surgió el movimiento Fashion Revolution, bajo el lema #WhoMadeMyClothes o #QuienHizoMiRopa y con el objetivo de la no-explotación laboral y del cuidado de los recursos naturales del planeta.

Camila Gómez en el Melbourne Retail Festival

Según una investigación del Laboratorio de Investigación de Greenpeace, la mayor parte de la huella medioambiental de los textiles se produce durante la producción, en gran parte debido a la cantidad de aditivos químicos necesarios para producir las telas acabadas. Los procesos utilizados para obtener las prendas finales incluyen químicos y tintes perjudiciales que terminan contaminando las aguas y las tierras del planeta. 


“Para que una marca sea sustentable tiene que respetar los tres pilares de la sustentabilidad: en cuanto a lo económico, debe generar un bienestar en la sociedad o comunidad en la que esté inserta esa marca y que las personas que trabajen en esa cadena estén bien pagas y tengan una vida digna; desde una perspectiva ambiental, todos los procesos productivos deben ser amigables con el ambiente, y no deben generar químicos nocivos; y desde lo social, se tiene que trabajar la inclusión de genero y sin discriminación”, explica Gómez.


Fotografía: gentileza de Siembra Fotos

Con un recorrido profesional que transitó marcas nacionales e internacionales, Camila Gómez apostó a la moda sustentable en Areco y fundó GÓMEZ Creative Studio, una marca personal que utiliza basura textil de prendas donadas como materia prima

Encontrándose en su ciudad natal como consecuencia de la pandemia mundial, la joven de 28 años sintió la necesidad de impulsar un proyecto que logre ser amigable con el medioambiente desde Areco. Empecé a pedir donaciones de telas y con eso me fui dando cuenta de qué tipos de textiles son los que más se consumen en Areco, en qué cantidad, y cuánto hace falta la educación ambiental, expresa la diseñadora. 


“Como parte de este proyecto, estoy haciendo una investigación sobre el basural. Los textiles mezclados con otro tipo de desperdicios generan químicos que tienen un impacto increíble en el ambiente”, cuenta.


Además, la filosofía por la cual se rige GÓMEZ Creative Studio no solo tiene que ver con la reducción de la huella ambiental, sino que busca tener un triple impacto: social, económico y ambiental. 

  • Desde una perspectiva social, emplea directa o indirectamente miembros de la comunidad de Areco respetando los parámetros de responsabilidad social. Además, Gómez propone en su estrategia comunicativa que vistan sus diseños quienes quieran portarlos, sin importar el género con el que se sientan identificados.
  • Desde lo económico, toda la cadena de producción textil se realiza en San Antonio de Areco; es decir, que este proyecto forma parte de los ingresos de diferentes personas de nuestra localidad; de esta forma crea una cadena de empleo local.
  • En cuanto a lo ambiental, GÓMEZ Creative Studio utiliza la metodología del upcycling: toma materiales u objetos para re-adaptarlos y devolverlos al mercado de manera creativa, por lo que logran una vida útil más larga.

«Desde la materia prima, hasta el packaging y la fotografía, trato de conectar con gente de Areco. Generé una conexión con emprendedores de acá, además me están ayudando dos costureras de Areco«, cuenta Gómez. La producción textil de GÓMEZ Creative Studio comienza con la donación; luego, se realiza un proceso de selección; después, se recupera la tela mediante diferentes técnicas de lavado; se corta la prenda, cose y, por último, se vuelve a lavar y se plancha.


Camila Gómez recibe donaciones textiles de: prendas denim, batista, poplin, fibrana, voile, lienzos, gabardinas, carpas y cualquier tela que no se estire. Podés contactarla acá.

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