CULTURA entrevista

«Avenida Q»: la magia de volver real lo irreal

Princeton acaba de recibirse, está buscando trabajo, casa y – también -, su propósito en la vida. Es joven, tiene muchas ganas y pocas certezas. “Avenida Q” es el único barrio donde puede pagar el alquiler. Ahí conocerá a un grupo de vecinos que están en la misma situación que él: en la búsqueda. Con sus nuevos vecinos, Princeton va a experimentar los sinsabores de la adultez mientras intenta descubrir cuál es su propósito en la vida.

Hasta acá una historia conocida, un grupo de jóvenes que buscan cumplir sus sueños atravesando diversas experiencias para convertirse en adultos. Lo habrás escuchado mil veces. Pero, ¿por qué «Avenida Q» es diferente? Porque muchos de sus protagonistas son títeres. Monsters que conviven con intérpretes de carne y hueso, que cantan y bailan. 

Después de catorce años, bajo la dirección de Melania Lenoir y la producción de Franca’s Producciones y Pegasus, el próximo 5 de marzo llegará al Teatro Maipo la nueva puesta de “Avenida Q”. Días antes de que los monsters se apoderen del teatro de la calle Esmeralda, desde Minúscula charlamos con Luli Brindisi, productora y coreógrafa del espectáculo.


Sobre su primer acercamiento a la obra, la productora y coreógrafa, Luli Brindisi, cuenta que junto a su amigo Nico Dal Farra, siempre quisieron hacer la obra. Después, explica que la obra los interpela por todos lados y que, aunque realizaron una puesta amateur, siempre tuvieron como objetivo montar la obra de manera profesional.


De Broadway a Buenos Aires

Producir teatro en Argentina no es sencillo. Eso lo sabemos todos, hacedores y espectadores, quizás por esta razón al consultarle cuál es el mayor desafío que representa llevar adelante la obra Luli afirma sin rodeos que producir en Argentina es un desafío con sus pros y sus contras.


“En New York estaba trabajando en el Off Broadway y tenía todos los recursos, a todas las personas presentes en todos los ensayos, podía trabajar sobre el texto y modificar al mismo tiempo las proyecciones, la escenografía, el vestuario. En Argentina es más difícil y creo que parte de mi desafío fue adaptarme a los modos de hacer acá. Las cosas tan cambiantes que estamos viviendo; que no hay previsibilidad; que los materiales a veces no están o son carísimos porque son importados. Creo que es ese, el mayor desafío para mí fue re-adaptarme a producir acá profesionalmente”,

explica Brindisi.

Acerca de las diferencias de producción entre Argentina y Broadway, Brindisi, conocedora de ambos mundos, afirma: “Estamos acostumbrados a arremangarnos y hacer lo que haga falta. Afuera eso no está. Afuera cada uno hace su rol, es eso y nada más. No le podés pedir al que da play a la música que además corra una silla. Son muy fijos los roles. Acá estamos acostumbrados a resolver con lo que tenemos, hay una predisposición de todo el equipo a cubrir todos los puestos y no dejar baches. Hacer eso hizo que fuese más fácil producir algunas cosas acá”. 


– ¿Cómo fue la experiencia de armar los títeres desde cero?

– Nosotros tenemos de directora a Mela Lenoir que es la persona  más abocada al proyecto. Ella quería estar desde el principio en cada detalle, fuimos juntas con Gustavo Garabito, el genio detrás de la confección de todos los títeres, a elegir los colores, las pieles, los ojos.

Hay cinco maneras distintas de hacer el ojo de un títere. Cada una con una calidad distinta; una forma; un acabado y un presupuesto diferentes. Buscamos  que los títeres tuvieran la expresión la mirada  perfecta para cada personalidad. De hecho, en el caso de Kate Monster, hicimos dos veces el títere entero. Los ojos le cambiaron cuatro veces hasta que logramos encontrar que su mirada represente el alma del personaje.

Fue un laburo de hormiga que llevó mucho tiempo pero lo logramos. Los ojos eran más grandes, más chicos, las cejas más arriba, más abajo hasta que quedó con la mirada dulce que tiene que tener y todos quedamos satisfechos. Fue espectacular realizar ese proceso. 


Una directora comprometida

En 2010 se realizó la primera puesta de “Avenida Q” donde Melania Lenoir interpretó los personajes de “Kate Monster” y “Lucy”. Catorce años más tarde Lenoir está a cargo de la dirección de la obra y para Brindisi esta oportunidad representa una suerte de revancha que la vida le dió a la directora: “Ella quiso, de una manera espectacular, recuperar el espíritu de la puesta anterior convocando a gran parte de los participantes de la puesta anterior”.

“Ella está supervisando todas las áreas. No supervisando, mejor dicho está haciendo. Queríamos hacer unos videos y necesitábamos la mano de un títere. Mela compró la tela y cosió la mano”, explica Brindisi para Minúscula. 

“Ella es la que dirige a todo el elenco, pero también es a quien ves en la sesión de fotos sentada en el piso cosiendo una peluca que está descosida. Es un placer trabajar así y esto da la pauta del equipo que formamos. Le ponemos todo. Nadie frena y eso viene de la cabeza de la compañía, que en este caso es Mela. Se logró un equipo de trabajo espectacular que no frena pero no para de disfrutar, detalla la productora.


El elenco

Uno a uno, estos son los intérpretes que darán vida a los monsters más queridos del teatro musical. Nacho Pérez Cortés: Princeton / Rod. Lali Vidal: Kate / Lucy. Manu Victoria: Trekkie/Nicky. Julián Rubino: Brian. Juan Martín Giménez: Osito. Andy Cho: Kimchi. Manu Ntaka: Manu. Stefi Ribisich: Osito / Bulbaseca. Caro Liask, James Cowan y Joaco Catarineau: Ensamble.


– ¿Cómo estás viviendo el proceso de ensayos a tan poco de estrenar?

– Fue un proceso con intervalos. Empezamos a ensayar en noviembre. Diciembre y en enero frenamos porque la gente tenía vacaciones, pero nos sirvió para que se asiente la data del manejo de los títeres. Ahora que retomamos estamos todos los días trabajando de una manera u otra. Si no es ensayando es organizando videos, entrevistas, cosas de vestuario. El verano no ayuda porque ves a los chicos y les corren las gotas de sudor en cada ensayo, pero no frenan. Hoy la obra está lista para ser mostrada porque trabajamos tanto que ya está todo para estrenar.


– ¿Cómo fue el proceso de armar las coreografías de la obra?

– Cuando uno ve las coreos de “Avenida Q” y observa a las personas bailando, moviendo los pies, dice: “Esto es una pavada. No hay un giro, no hay nada que requiera ningún esfuerzo”. Pero después entra el tema de tener el títere con la mano y moverla de manera que coordine y ahí empieza lo complejo, porque hay que coordinar muchas cosas. El movimiento de la boca del títere con la boca del actor; la mano del títere con la otra mano y los pies siguiendo la música.

Hay una triple coordinación que hace que sea realmente un desafío bailar, cantar y mover la mano, que es la boca del títere, al mismo tiempo. Quizás con el pie estás dando una patada, con la mano estás en otro movimiento y con la boca del títere estás hablando muy rápido. Es muy difícil manejar los personajes y bailar, es como ser un hombre orquesta. Los chicos se llevaron los títeres a su casa y ensayaron hasta dominar el títere a la perfección. Sin su compromiso no lo hubiésemos logrado. 


– Poniéndote en el rol de espectadora, ¿tenés un  momento de la obra que sea tu preferido?

– Es un cliché lo que te voy a contar pero para mí, el final engloba el espíritu de la obra. Habla de que todo es solo por hoy. Todo en la vida es solo un ratito, lo bueno, lo malo, lo fácil y lo difícil. La obra no hace otra cosa que contar la historia de monsters jóvenes y todas las cosas que atraviesa un jóven en su vida en cuanto al amor, la amistad, los prejuicios, el trabajo, la comunidad. Y termina dando un mensaje super esperanzador, concreto y real que es como “relájate que todo lo que te pasa es solo por hoy”. Es lo que me llevé la primera vez que vi la obra y es lo que me emociona cada vez que veo un ensayo. 


– Si tuvieras que resumir lo que representa “Avenida Q” para vos, ¿que dirías?

– Es poder contar una historia a través de un muñeco. Un muñeco que no tiene vida propia, que la vida se la da el actor y que gracias al esfuerzo de los actores y su dedicación logran que muñecos de felpa transmitan emociones es algo espectacular que tiene que ver con la magia del teatro y del arte. Porque vas a ver la obra , vas a ver a los actores, pero también vas a ver a Kate, el muñeco, y la vas a ver reír y la vas a ver llorar y te vas a emocionar por ella, vas a poder sentir sus emociones y es un muñeco. La magia del teatro, eso es justamente lo que me llevo de esta obra. Lograr eso, volver real lo irreal y que el público pueda creer que hay monsters que conviven con humanos.


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