Una nueva Semana del Orgullo comienza y es mi excusa para hablarles de una autora que, sin conocerme, me ha ayudado a transitar la vida, los amores, los dolores y ciertos abandonos desde que escuché sus relatos una tarde pandémica por el parlante de la radio en la más absoluta soledad laboral. Hace cuatro años me debatía entre la vida y la salida fácil y ahí escuché el nombre: Camila Sosa Villada.
Conocí “Las malas” y aprendí la historia. Una historia de vida, de lucha, de supervivencia, de amor, de miseria y de identidad. De saber quienes somos cueste lo que cueste.
Camila se construyó a sí misma y leerla, es una invitación a hacer lo mismo. A construirse todos los días. A derribar con maza y cortafierro lo que no somos y empezar a dejar emerger quienes queremos ser.
¿No la conocen? Vengan, lean, que yo se las presento desde estas páginas. Camila Sosa Villada nació en 1982 en Córdoba, donde estudió Comunicación y Teatro en la Universidad Nacional de Córdoba. Actuó en varias obras de teatro, entre ellas, “Carnes Tolendas” donde mezclando biografía y literatura Lorquiana contaba cómo sus padres y su pueblo conocieron su identidad travesti. En 2011 protagonizó la película «Mía» junto a Rodrigo de la Serna. Es autora de varios libros, entre ellos, “La novia de Sandro”, “El viaje inutil”, “Las malas” y “Tesis sobre una domesticación”.
A continuación, compartimos cinco fragmentos de la literatura de Camila para empezar a asomarse a la vida de la autora que rompió la maldición paterna y conquistó escenarios y lectores.
“Tal vez nosotros moriremos
y otros escribirán los poemas,
otros harán justicias,
otros se levantarán cada mañana y vivirán.
Pero sabemos que es la única manera,
escribir y hacer justicia”.
La novia de Sandro
“Hay que escribir, desde el principio, para llenar las horas en la naturaleza que no se calla nunca. Es lo que sabe hacer el cuerpo. Esta es la costumbre de mis manos y mi pensamiento”.
Soy una tonta por quererte
“Esto es así: solo basta una travesti. Una sola travesti alcanza para torcer la vida de un hombre, de una familia, de una institución. Una sola travesti es suficiente para socavar los cimientos de una casa, deshacer los nudos de un compromiso, romper una promesa, renunciar a una vida. Una sola travesti alcanza para hacer llorar a un hombre, para hacerlo sentir una mierda o un pájaro, una sola travesti es suficiente para iluminar, engrandecer o incluso revelar lo criminal de un Estado. Tan solo con una travesti se resuelve la orfandad de un niño”.
Tesis sobre una domesticación
“Te miraba y te miraba, pero estabas tan ocupado pensando en el capitalismo y el anticapitalismo que nunca notaste que muy cerca alguien hacía una pequeña revolución: quererte”.
La novia de Sandro
“La desidia de la gente ese día me ofreció una revelación: estaba sola, este cuerpo era mi responsabilidad. Ninguna distracción, ningún amor, ningún argumento, por irrefutable que fuese, podía quitarme la responsabilidad de mi cuerpo. Entonces me olvidé del miedo”.
Las malas
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