entrevista teatro

Vane Butera: «La cultura necesita resistir y seguir hablando de las cosas que queremos hablar»

Una pareja que discute por WhatsApp, un grupo de amigas afronta la tristeza sin salir de las redes sociales; un grupo de amigos quiere organizar una salida sin moverse del chat y un matrimonio busca ponerse de acuerdo sin abandonar el Zoom.

Cuatro historias que nos interpelan en tiempos de hiperconectividad e inmediatez. ¿Quiénes somos cuando las pantallas se apagan? Si un grupo de amigos se reúne a comer y no postea una foto en redes, ¿realmente ocurrió la reunión? ¿Hay vida más allá del mundo digital? Estas preguntas y muchas otras más plantea Mariela Asensio en “No me llames”

Con las actuaciones de Vane Butera, María Figueras, Paola Luttini y Pablo Toporosi la obra escrita y dirigida por Asensio regresa por ocho semanas al Teatro del Pueblo todos los viernes luego de una temporada con localidades agotadas.

Para conocer más acerca de esta historia y continuar reflexionando acerca de la hiperconectividad con su luz y su oscuridad, desde Minúscula charlamos con Vane Butera.


Para la actriz y cantante Vane Butera, el primer encuentro con el texto de Mariela Asensio fue amor a primera lectura. “Por lo general, cuando me ofrecen una obra, la leo entera antes de aceptarla. Pero a esta obra yo le dije que sí cuando estaba por la mitad del texto”, explica la intérprete.

Respecto a su conexión con el texto, Butera detalla: “Me bastó con ver de qué hablaba; cómo lo hablaba; en qué código; con qué forma y sobre todo de qué iba el asunto del que quería hablar Mariela”.


– ¿Cómo te llevás con este mundo hiperconectado? Porque hay una faceta laboral que tiene que ver con el uso de redes para difundir lo que hago y lo que digo pero ¿hay un momento de desconexión en tu día a día? 

– Un poco por “No me llames” y un poco por la vida, tomé una nueva costumbre que es no dormir con el teléfono cerca. Lo dejo en el living y me voy a la habitación sin el teléfono. Pongo la alarma lo que sea y escucho desde la habitación pero no duermo con el teléfono cerca. La verdad que es genial. Es una forma de soltar el chupete electrónico y dormirte, en lugar de quedarte viendo la comunión de la hija de un primo de un conocido que no ves hace cincuenta años. No es tan fácil desconectar, pero lo hago bastante por la vida y por laburo también, es reconocer cuánto tiempo estás poniendo ahí.


– De las historias que se cuentan en la obra, ¿cuál es la que más te interpela? ¿Cómo fue preparar tu personaje?

– Hay algo del acercamiento a este asunto que tiene que ver con la exigencia de ser productivos que hay hoy por hoy. Creo que está presente desde la pandemia, esta cosa del reinventarse y de la productividad 24/7 que a muchos nos pegó un poco una piña en la cara. A mí me toca contar esta parte, de Romina, este personaje que le cuesta muchísimo ir al ritmo que le pide hoy la comunicación y que por eso se queda afuera de un montón de cosas. 

En todas las historias me identifico de alguna manera. Pero creo que Romina es la que más me refleja y por eso tenerla como personaje fue un regalo. Trabajo terapia, pude hacer ambas cosas porque, además de agarrarlo como un laburo, lo tomé como la posibilidad de verme de cerca. 

Fotografía: Sergio Furmanski

– ¿Cómo es la relación con el público y su devolución post función?

– Yo creo que te das cuenta de lo que pasó durante la obra con el aplauso final. Te das cuenta de cuanto estaba la gente involucrada con la obra y por lo general la gente se mete a morir en lo que pasa en «No me llames». Es muy difícil no verse reflejado en lo que cuenta. La respuesta de la gente es fantástica. 

Fotografía: Sergio Furmanski

¿Qué significa para vos estar con una nueva temporada de “No me llames” en un lugar como el Teatro del Pueblo en este momento de vaciamiento de la industria cultural a nivel país?

– Es resistir. Es un año que es difícil por un montón de situaciones y creo que en los años más difíciles es en donde más tenemos que resistir y cuidar estos espacios. Nosotros haciendo las obras y la gente intentando ir si es que puede, apoyando este tipo de formatos de cooperativas y obras independientes. Creo que todos nos sentimos en un momento importante de resistencia. Más feliz me hace que vuelva esta obra a la cartelera en un espacio como el Teatro del Pueblo que es súper impulsor de una cartelera con variedad y precios amables para el público. No es menor. 


– ¿Qué representa para vos “No me llames”?

– Entre la primera y la segunda temporada vienen pasando muchas cosas a nivel país, la cultura necesita resistir y seguir hablando de las cosas que queremos hablar. A nivel personal, el año pasado y este año fueron años de muchas sacudidas para mí. Estar en cartel con una obra que cuenta algo que me representa, con un elenco y un equipo tan impresionante y estar trabajando con Mariela Asensio – que para mí era algo que quería hacer hace un montón porque la admiro muchísimo – creo que son dos cosas que lo hacen un proyecto inolvidable.


Si te gustó el contenido que leíste nos podés ayudar a seguir produciendo periodismo de calidad.

Hacé click en el botón del Cafecito para colaborar.
Invitame un café en cafecito.app

Deja un comentario