teatro

“El Che y yo”: desnudando a un ícono del siglo XX

El revolucionario y su intimidad antes de morir en manos de sus perseguidores. Bienvenidos a la obra que, con dirección de Raúl Garavaglia, penetra el mundo emocional de Ernesto Guevara.

La escena nos ubica en La Higuera, Bolivia, para recrear lo que podría haber sido las últimas horas del Che, quien tiene un encuentro fantástico con Lari Lari: una criatura mitológica de la región andina.

Lari Lari, preocupada por su pérdida de popularidad, alardea haber secuestrado al Che para quedarse con su alma, mientras lo lleva a sumergirse en lo más profundo de sí mismo y dejando sus registros emocionales al desnudo. 

“No investigué nada de lo que ya todos conocemos sobre él en libros o biografías, indagué en su infancia, su familia y en cómo fue desarrollándose para llegar a ser el Che”, reconoce Laurentino Blanco, quien lo interpreta.

Los espectadores ingresan a la sala, ya con la función iniciada, y se acomodan en las butacas mientras se sumergen en las sombras. Sentado frente a ellos, un barbudo de pantalones gastados se fuma un habano: el inconfundible Che Guevara.

La obra fluye sobre un inteligente aporte lumínico que embellece la danza de los humos y los cuerpos, permitiendo también que las sombras sumen a la narrativa, dándoles presencia de peso. 

“‘El Che y yo’ te conecta con algo interior, emocional y profundo. Tiene que ver con la sensibilidad del texto y de la puesta”, agrega Laurentino, quien, en parte de la función, se detiene en un portentoso monólogo que quiebra en llanto al personaje; conmoviendo al público.

La escenografía está compuesta por un pequeño puñado de elementos, los cuales se transforman para apoyar los saltos argumentativos de cada escena y el sonido abraza todo aquel conjunto de buenas decisiones por parte de la producción.

Otro punto a destacar, y a favor del teatro, es que las butacas tienen una buena pendiente, lo que asegura una visualización completa del espacio escénico; sin importar la ubicación que les toque. Patio de Actores se destaca por eso.

Siguiendo con la obra, con dos nominaciones al premio Estrella de Mar y una nominación al Festival Iberoamericano – cumbre de las Américas –, “El Che y yo” se aleja de todo lo históricamente contado, para hablarnos del “otro perfil” del icónico revolucionario.


“En esta historia, El Che, tras su encuentro con Lari Lari, se va reencontrando con un montón de personajes importantes, que tuvieron que ver con su vida. Como su madre”,

adelanta Laurentino. 

Ese, es uno de los principales canales de empatía entre la obra y el público, el peso de los vínculos intrafamiliares. “¡Te deja maquinando! No solo de la cabeza, sino también del corazón”, concluye el actor.

Poco más de una hora de función, impecable entrega corporal y un guión que se desafía a sí mismo por ablandar la rústica imagen de uno de los hombres más relevantes del siglo XX, eso es “El Che y yo”.  

Podés visitarla todos los domingos de agosto, a las 18 hs., en Patio de Actores (Lerma 568, CABA). Adquirí tus entradas en Alternativa teatral. 


FICHA TÉCNICA

Obra: «El Che y yo»

Teatro: Patio De Actores

Dramaturgia: Raul Garavaglia

Actúan: Laurentino Blanco y Tomás Claudio

Diseño de luces: Raúl Garavaglia

Asistencia: Sebastián Mejías

Asistencia De Producción: Ana Tolosa

Utilería: Matías Noval

Puesta en escena: Raúl Garavaglia

Dirección: Raúl Garavaglia


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