salud mental

Cómo cuidar tu salud mental en estas fiestas

Llegó el verano y llegó la época de fiestas. Juntadas, reuniones familiares, eventos, balances de fin de año y cierres que no siempre llegan con alivio. Para muchos argentinos, diciembre es sinónimo de sobrecarga emocional.

Desde Revista Minúscula compartimos algunos recordatorios necesarios para transitar esta etapa cuidando lo más importante: tu salud mental.


Las personas

Es tu decisión con quién elegís pasar estas fiestas

Como si el verano no viniera ya emparejado con presiones sociales, culturales y laborales, a eso se le suman las exigencias propias de las fiestas: con quién pasarlas, a quién invitar, a quién regalarle algo, cuándo aparecer y cuándo no.

En esta época más que nunca, las redes sociales se llenan de imágenes que suben la vara: el outfit perfecto, la mesa impecable, el postre aesthetic, el “cierre de año soñado”. Pero lo que casi no se muestra es la realidad: vidas desordenadas, cansadas, contradictorias. Y justamente por eso, profundamente humanas.

Sí, este último tramo del año tiene su magia, nadie niega eso. Pero también conlleva algunos mandatos sociales que pesan, a veces demasiado. El gasto, las reuniones infinitas, las obligaciones: todo esto en un contexto en el que, según datos del INDEC, el 31,6% de los argentinos se encontraba por debajo de la línea de la pobreza en el primer semestre de este año.

Desde Minúscula queremos romper con la narrativa consumista que nos nubla la vista:

  • Es tu decisión a quién le hacés un regalo.
  • Es tu decisión con quién elegís reunirte.
  • Es tu decisión si preferís descansar y no ir a un encuentro.

El fin de año no es como en las películas navideñas de Netflix. Muchas veces es caótico, incómodo y agotador. Vivimos atravesados por la lógica de la productividad constante, incluso cuando el cuerpo y la mente piden a gritos un freno. Pero lo que no muchos dicen es que descansar también es cuidarte. Poner límites también es salud mental.

Nuestro recordatorio: tu decisión importa.


Los lugares

No todos los espacios son seguros para todas las personas

Salir de la zona de confort no siempre es posible ni deseable. Para muchas personas, ciertos lugares traen recuerdos dolorosos, tensiones familiares o emociones difíciles de sostener. A veces, incluso, salir de casa ya implica un esfuerzo enorme.

No todos los espacios son seguros para todos. Cuidar tu salud mental implica escuchar lo que sentís, validar tus emociones y, muchas veces, decir que no. Nadie debería obligarte a estar donde no te sentís bien, tampoco en estas fechas.

Por el contrario, intentá elegir los lugares que sí. Espacios sin mandatos, sin reglas absurdas, sin exigencias emocionales. Vos ponés los límites. Aunque el mundo diga lo contrario. ¿Lo mejor de todo? El mundo sigue después de fin de año.

No hace falta que agendes mil reuniones antes de enero. No hace falta que vayas a lugares que te incomodan. No hace falta que estés presente siempre, para todos y en todos lados.

Nuestro recordatorio: quedate donde tu salud mental no se vea comprometida.


El cuerpo y las presiones estéticas en las fiestas

Llegó el verano. Y no, no tenemos que “llegar” a ningún lado. En los últimos meses, distintas voces comenzaron a alertar sobre un fenómeno preocupante: el regreso de la delgadez extrema como norma en redes sociales. En un país como Argentina, donde ocho de cada diez mujeres se sienten insatisfechas con su imagen corporal (Bellamente), estos estereotipos se vuelven especialmente peligrosos.

Rompamos con el mandato que dice que hay que “llegar al verano”. No hay que vestirse de ningún color, ni cambiar nuestro cuerpo, ni cumplir con un ideal estético para merecer disfrutar. Podés hacerlo si querés, claro. Pero no es una obligación.

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) afectan principalmente a adolescentes y jóvenes. Según datos del Ministerio de Salud y organizaciones especializadas, los TCA representan una de las problemáticas de salud mental con mayor crecimiento en el país, y las fiestas suelen ser momentos de alto riesgo por la exposición constante a comentarios, comparaciones y control sobre el cuerpo y la comida.

Tu cuerpo no es un proyecto que haya que corregir. Ni por el verano, ni por las fiestas, ni por lo que ves en las redes. No hace falta «matarte en el gimnasio para quemar todo lo que comiste» o ponerte el outfit que está de moda para pertenecer. Estas fiestas proponete pasarla bien y ojo: recordá que no se habla de los cuerpos ajenos.

Nuestro recordatorio: comer, compartir y disfrutar no debería ser motivo de culpa.


Las expectativas

No tenés que tener la vida resuelta

Los últimos días del año las redes se llenan de balances, metas, listas de objetivos y resoluciones. Ojo, no está mal proponerse cosas nuevas. El problema aparece cuando esas expectativas se transforman en comparación, ansiedad y autoexigencia.

Los deadlines a veces ordenan, pero cuando generan angustia constante, quizás haya que revisarlos. Sobrevivir, llegar hasta acá, seguir intentando, también cuenta. Si te divierte hacer el mood board 2026 hacelo, claro, pero tené en cuenta que tenés todo el año, no te presiones.

No todo lo que brilla es oro y no todo lo que vemos en redes es real. Recibidas, cumpleaños, fiestas de fin de año, viajes. Compartir los momentos lindos de la vida es humano y está bien. Pero también es necesario recordar que la pantalla nos muestra apenas una parte: detrás de cada imagen hay mucho más que no se ve, se edita o se silencia.

Nuestro recordatorio: no tenés que tener el 2026 resuelto hoy.


Un último recordatorio

No estás solo. No estás sola.

Las fiestas pueden ser emocionalmente intensas: tristeza, enojo, nostalgia, ansiedad, cansancio. Todo junto. Aunque el calendario insista en la celebración, no siempre el cuerpo y las emociones acompañan. Y eso también es parte de lo humano.

Vivimos en un mundo que nos empuja al rendimiento constante, al “poder solo”, al mostrarnos bien incluso cuando no lo estamos. Frente a ese mandato individualista, desde Minúscula proponemos otra cosa: en estas fiestas, seamos comunidad.

Ser comunidad es mirar al que tenemos al lado. Es preguntar cómo está el otro y esperar la respuesta. Es no minimizar lo que duele, no apurar los procesos, no exigir alegría. Es entender que nadie se salva solo y que el cuidado también puede ser colectivo.

Cada año, más de 800.000 personas se quitan la vida en el mundo según datos de la Organización Mundial de la Salud. En Argentina, durante el 2024 se registró la cifra más alta de la historia. Cada dos horas alguien muere por esta causa, datos arrojados por el Ministerio de Seguridad de la Nación.

Si conocés a alguien que está atravesando un momento difícil:

  • Acompañalo y no lo dejes solo.
  • Preguntale qué quiere hacer en estas fiestas, sin imponer planes.
  • No lo presiones a participar de celebraciones si no puede o no quiere.

Hablar, escuchar y estar disponibles puede marcar una diferencia. Si vos o alguien que conocés está triste o tiene pensamientos nocivos hacia él mismo, podés pedir ayuda: llamá al 135 desde CABA y Gran Buenos Aires o al (011) 5275-1135 | 0800 345-1435 en todo el país.

Nuestro recordatorio final: cuidar la salud mental también es cuidar los vínculos, los límites y la empatía.


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