AMBIENTE

Ruffo Coffee: donde el café transforma a la comunidad 

Hay proyectos que nacen a partir de algo cotidiano, buscando un propósito más amplio, y Ruffo Coffee Fest es un ejemplo. Este festival celebrado el 5 de julio en Rosario partió de la idea de convertir una taza de café como excusa para conectar con la comunidad, el arte, la gastronomía y la reflexión acerca de la producción sostenible. 

Organizado por Ruffo Coffee Company, el festival ocupó su fábrica y tostadero y las calles aledañas. La propuesta incluyó música en vivo, gastronomía local, arte, charlas, actividades para niños y la instancia regional del Campeonato de AeroPress, un torneo de café internacional que definió a su finalista santefesino en este encuentro.


Cuando la marca es también una forma de hacer

Detrás del festival hubo una lógica de acción coherente. “No fue solo un evento sobre café, fue una invitación a vivir el café con otra perspectiva. Queríamos que cada persona se sintiera parte de una comunidad que se activa desde lo local, que cuida y que celebra. Ruffo Coffee Fest es una fiesta con propósito”, expresan desde la organización.

Y lo sostienen con una gestión que privilegia la coherencia: el festival se construyó desde las historias que lo componen, no solo desde los discursos. Así, la narrativa hace foco en los caficultores —como Augusto Borges—, en las organizaciones sociales, en marcas y en cafeterías locales.

El evento también marcó un hito operativo y simbólico: la ampliación del local y la apertura de la fábrica Ruffo: un tostadero de café de especialidad inmersivo, el primero en la región, diseñado para que el público pueda ver, oler y sentir el paso del grano a la taza.


Capadocia: desde Brasil, café con historia y sostenibilidad

Catalina Angeli, fundadora de Ruffo, en Finca Capadocia junto a Augusto Borges, su cafeicultor | Crédito: gentileza de Ruffo Coffe Company

La elección del café de Finca Capadocia, en Minas Gerais, no es casual. Su productor, Augusto Borges, representa la quinta generación de una familia cafetera que cosecha a mano, en parcelas ubicadas entre los 1.100 y 1.300 metros de altura, en la región de Sul de Minas. Cultiva variedades como Yellow Catucaí y utiliza procesamiento natural, lo que aporta notas frutales distintivas y un perfil sensorial de alta calidad.

Pero lo que distingue a Capadocia no es solo su sabor. Borges ha incorporado tecnología como color sorters —equipos que seleccionan granos por calidad— y participa de iniciativas que promueven el comercio directo y la producción regenerativa. En un mercado global donde la trazabilidad y la sostenibilidad ya no son opcionales, su apuesta es tan técnica como ética: hacer café cuidando el entorno, la comunidad y el futuro de la ruralidad.


El café también se cultiva con conciencia

Brasil es el mayor productor de café del mundo, responsable de cerca del 30 % del suministro global, con más de 2 millones de toneladas exportadas en los primeros nueve meses de 2024. Sin embargo, esta potencia agrícola ha estado históricamente asociada a impactos ambientales severos: hasta un 36 % de la expansión de café arábica en el país implicó la conversión de bosques nativos, especialmente en biomas como la Mata Atlántica y el Cerrado.

Desde comienzos de los 2000, esta tendencia comenzó a cambiar. Muchos productores adoptaron sistemas agroforestales y cultivos bajo sombra, donde los cafetos crecen protegidos por árboles nativos. Estas técnicas ayudan a conservar la biodiversidad, mejorar la salud del suelo y capturar carbono, integrando productividad con resiliencia ecológica.

A la vez, nuevas regulaciones internacionales, como la normativa europea sobre deforestación-free, están impulsando a los exportadores a demostrar el origen sustentable de sus productos. Esto pone en valor el trabajo de caficultores como Borges, que ya operan con altos estándares de trazabilidad.

El café de Capadócia encarna esta transformación. No solo se cultiva con técnica y cuidado, sino también con una perspectiva a largo plazo. Borges promueve la permanencia rural, emplea a jóvenes en su finca y apuesta por un modelo que haga del café una vía para producir sin destruir.


La propuesta para el público

Con entrada libre y gratuita, el festival estuvo pensado para un público amplio: familias, curiosos, profesionales y amantes del café. La experiencia se desarrolló tanto dentro de la fábrica Ruffo como en las calles que lo rodean expandiendo el ritual del café hacia la comunidad.

Su desarrollo fue diseñado para ser accesible y participativo. Además de degustar y aprender sobre café, propuso repensar los vínculos que tejemos a partir de lo que consumimos, lo que celebramos y lo que compartimos. 

En esa línea, hubo un espacio para organizaciones sociales que trabajan en salud mental, inclusión y acompañamiento en situación de calle: Fundación del Sol Naciente, Casa del Paraná, Galgos Libres y el espacio Madre Teresa Lourdes fueron parte activa del recorrido.

La propuesta también celebró el ecosistema local, con cafeterías rosarinas y marcas que comparten una mirada de producción y consumo responsable. Para Ruffo, fue una oportunidad de visibilizar un modelo de trabajo basado en el hacer.


“Desde Ruffo pensamos cada decisión con conciencia: desde qué café servimos hasta cómo nos vinculamos con quienes trabajan con nosotros o entran al local. No buscamos hacer ruido, sino ser consistentes. El festival es una forma de agradecer lo que ya hicimos y de abrir la puerta a lo que empieza con esta nueva etapa como tostadero. Una invitación a vivir el café con todos los sentidos, y sobre todo, con otros«,

sostiene su fundadora Catalina Angeli.


Más que un festival

Ruffo Coffee Fest se sostiene en la cercanía, el propósito y la transparencia. Entiende al café como un puente entre países, orígenes, productores, consumidores y vecinos.

Desde Rosario, proyecta a la ciudad como un territorio donde lo local y lo global pueden encontrarse en lo cotidiano. Donde una taza de café puede ser el inicio de algo más grande: una conversación, un vínculo, y una transformación en la comunidad.

En palabras de Angeli: «Salió el sol y salimos todos a la calle, que era parte de la idea: poder habitar la calle de una manera distinta, colaborativamente, en comunidad y que empiece a gestarse un nuevo mundo del café en Rosario». 


Fuentes:

  1. Casa Brasil Coffees – Finca Capadócia
  2. Reuters – Why sustainable agriculture has to be at the heart of climate funding (23/06/2025)
  3. Reuters – Can the bioeconomy help save the Amazon from deforestation? (18/12/2024)
  4. Commodity Trading Guru – Coffee-driven deforestation in Brazil
  5. Forest Trends – Tackling Deforestation in Coffee Supply Chains (PDF)
  6. AP News – Brazilian coffee farmers turn to trees as climate change threatens crops

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