El mundo se derrumba en el exterior de un viejo teatro. Los sonidos del caos se cuelan por las ventanas y llegan al escenario en donde sobreviven un grupo de personas entre escombros, andamios y restos de utilería devenidos en un improvisado hospital de campaña.
Alicia está ahí, acompañada de su amigo Francisco y una copia de «Alicia en el país de las maravillas», que más que un libro es un símbolo de amistad que los une desde la infancia.
En este panorama devastador, entre miedo y angustia, una situación inesperada hará que Alicia recurra a la fantasía de su infancia para evadir – aunque sea por un rato – ese paisaje de dolor y conseguir felicidad – aunque sea efímera –.
Así comienza «Alicia« la adaptación local de «Alice by heart« nueva obra de los creadores de «Despertar de primavera» y «Camarera« que se presenta de viernes a domingo en el Paseo La Plaza. Con dirección de Julio Panno, coreografía de Verónica Pecollo y dirección musical de Gaspar Scabuzzo y un elenco conformado por Agostina Becco, Walter Canella, Hernán Castelli, Ángel Hernández, Agustín Iannone, Matías Marastoni, Nicolás Martínez, Ro Noziglia, Mica Romano, Sofía Val, Bárbara Willis y Valentín Zaninelli, la obra nos mete a todos dentro de la madriguera pero, ¿será suficiente la fantasía para ser felices mientras el mundo afuera se hace pedazos?
Para intentar responder esta pregunta y conocer los secretos detrás del nuevo fenómeno de Calle Corrientes, desde Minúscula, charlamos con Agostina Becco, la mismísima Alicia de esta historia de amor, resiliencia y supervivencia en un mundo sin utopías.

De las audiciones al estreno: un proceso intenso
Para hablar del proceso de audiciones y su llegada a «Alicia«, Agostina elige una palabra «intenso«. La actriz detalla que fueron audiciones abiertas con inscripción y envío de videos y que cada etapa superada venía acompañada por la llegada de nuevo material del proyecto en marcha. «Yo el musical ya lo conocía, pero fue muy lindo trabajar el material en nuestro idioma. No era lo mismo cantar en ingles que trabajar con las escenas y canciones en castellano», comenta y agrega que, mientras iba avanzando el proceso, fue muy lindo disfrutar ese día a día que avanzaba hasta llegar a materializarse sobre el escenario de la Sala Pablo Neruda.
Suele ser un lugar común decir «que los actores comparten cuerpo y alma con los personajes que interpretan«, pero aunque parezca un lugar común, permítanme decir que en el caso de Agostina y Alicia no puede ser más acertada la frase. Al preguntarle qué es lo que más le gusta de su personaje en la obra, Becco explica: «Siempre digo que en mi vida de Agos, en muchas situaciones, tuve que usar herramientas de la imaginación para escapar un ratito de la realidad que estaba viviendo y un poco Alicia termina haciendo eso en la obra».
«Yo me identifico mucho con ella en la búsqueda de salir de la realidad que está viviendo, que a veces puede ser dura. Siempre tuve esa capacidad que está ligada a situaciones que tuve que enfrentar en mi vida. También me encuentro en Alicia cuando hablamos de la creatividad y la fantasía y tener esta esperanza frente a la vida de que las cosas pueden cambiar y pueden mejorar«,
Agostina Becco.
– Acerca de la puesta de la obra, sin spoilear, podemos contar que comienzan en un teatro y por situaciones que ocurren fuera Alicia necesita evadirse de esa realidad que atraviesa y es ahí en donde la puesta minimalista de escenografía va construyendo mundos. ¿Cómo te llevas con eso?
– Son muy pocos elementos y es también muy interesante que el vestuario sea muy poco. Particularmente Alicia está igual en el plano real y en el de la fantasía, pero el resto sí, se ponen muy poquitas cosas que aportan el toque que modifica absolutamente toda la visual. Esto obviamente tiene que ver con el equipo creativo que hay de fondo. Hay algo muy hermoso que se lo debemos a Julio Panno, nuestro director y Leo Muñoz que hizo las luces. Yo creo que es una mezcla de todo eso, la escenografía, las luces y el vestuario dan ese toque mágico para decir «Ah, listo. Pasaron a otro lugar».

Desde las butacas, los espectadores pueden ver cada cambio de plano, el paso de la realidad al de la fantasía montada por Alicia para ayudar a su amigo Fran – que está atravesando una situación particular -.
«Yo siempre digo que el libro ‘Alicia en el país de las maravillas’ es una herramienta. Un recurso que ella utiliza para no solo escaparse de la realidad que están viviendo que es bastante dura, sino de esta situación que su mejor amigo está atravesando. Como el libro los conecta desde siempre ella se dice ‘¿qué pasa si uso esta herramienta para que, de alguna manera, nos escapemos de esta realidad?’. Obviamente la usa y la magia sucede pero para enterarse de lo que sigue tienen que ver la obra», detalla Agostina con la expertise de quien sabe contar sin spoilear.
Hay dos frases que marcan el leimotiv de la obra y sin tapujos advierten a los espectadores y al mismo tiempo los interpelan: «Cuidado con leer, te puede hacer crecer. Cuidado con crecer, te puede hacer doler«.
«Cuando uno está informado está preparado para enfrentar el mundo como sea. Estar informado nos aleja de la ignorancia que nos hace más manejables. Alicia es una persona que lee mucho que está muy informada de absolutamente todo, es una mujer joven pero muy fuerte, con mucha información y está dispuesta a hacer lo que sea necesario. Viste que uno a veces dice ‘no crezcan es una trampa’, es un poco cierto. Porque a veces nos pintan este mundo de rosas y magia, que obviamente aunque uno puede terminar haciendo su mundo de esa manera las cosas suceden igual. A cualquier edad y en cualquier momento de la vida nos puede tocar tener que convertirnos en adultos y encontrarnos con que duele la realidad y también la adultez duele. Hay un duelo que uno tiene que hacer cuando pasa de ser ese joven a un adulto con responsabilidades, en todo sentido. A mí esta frase me pega por ese lado«, cuenta Agostina.
– Si te colocás como espectadora, ¿cuál es el momento que más disfrutás del laburo de tus compañeros?
– Disfruto todo, pero si tengo que elegir puntualmente te voy a decir dos. El primero es momento que me encuentro con los pájaros. Es un gran momento que no solo es divertido y de juego, sino que hasta ahí, sin spoilear, todo es juego y todo está bien. Como si dijéramos «finjamos demencia y disfrutemos el momento». El momento de los pájaros y también el de las orugas, son momentos de mucho disfrute, no solo para Agos como actriz, sino también para Alicia. Como Alicia también los disfruto mucho. Me río, me doy cuenta que es un momento que al público le encanta y me permite disfrutar mucho de sus reacciones.
El otro momento que disfruto mucho porque para mí es un honor estar trabajando con él es el momento con Luli o La Duquesa, que es Ángel Hernández. Para mí es un lujo estar trabajando con él arriba del escenario, lo admiré toda mi vida , y más allá de eso su personaje y lo que hace me parece fantástico. Me hace reír muchísimo. Eso está bueno porque en realidad Alicia no se tiene que reír tanto en ese momento y por dentro estoy como «me quiero estallar de risa pero no puedo».



– ¿Cuál es el mayor desafío que te representa interpretar a Alicia?
– Es una montaña rusa de emociones y pasa por todos los estados. No salgo de escena en aproximadamente una hora cuarenta. Al principio no lo pensaba tanto, pero cuando pasamos de los ensayos al teatro y se empezó a sumar el humo, el vestuario, las luces era como «no salgo nunca de escena», «no puedo tomar agua», «no puedo salir al baño rápido y volver». El momento más importante fue cuando entramos al teatro, me pusieron los micrófonos y fue como «pum, esto está sucediendo, no voy a tomar agua en una hora cuarenta». Para mí es un lujo poder interpretar a Alicia y su montaña rusa emocional que sucede función tras función. Termino cada noche feliz de haberlo dejado todo en escena.
– ¿Cómo vivís la respuesta del público?
– Yo no tenía dudas de que nos iba a ir bien porque veníamos ensayando tanto, con tanto amor, poniendo tanto trabajo, acompañados de equipo creativo fantástico para contar una historia que te moviliza. Tenía mucha fe, pero obviamente existían nervios porque nadie había visto la obra fuera de los ensayos, esperábamos saber cuál sería la reacción del público. La verdad me tiene muy conmovida la reacción de la gente, con los comentarios que nos dicen. Me pone muy feliz que se vea todo nuestro trabajo, que el público sienta todo lo que siente, que pasen por esa montaña rusa emocional que nosotros pasamos arriba del escenario, que les llegue todo ese amor, toda esa pasión, que les llegue la historia. Realmente nos conmueve mucho cómo se logro contar esta historia.

– Va un mes de funciones, si tuvieras que elegir algo de Alicia, de esta experiencia que se quede con vos ¿qué elegirías?
– Ay, ¡qué difícil ponerlo en palabras! La verdad ya de por sí tener la oportunidad de hacer tres funciones semanales es un montón hoy en día, me hace muy feliz. Llegan los viernes y me levanto diciendo «¡Hoy hay función!» Tener la oportunidad de trabajar de lo que amo contando esta historia viernes, sábado y domingo es pura felicidad. «Alicia» me hizo conocer a gente que trabaja en el ambiente, personas admiradas y colegas con los que nunca había tenido la oportunidad de trabajar. Creo que esta obra además de ser algo muy importante en mi carrera porque es mi primer protagónico en Calle Corrientes y a nivel personal me hizo conocer personas que hoy en día considero familia por tanta cercanía durante todos estos meses de trabajo.
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