Hoy llega al “Espacio Callejón” (Humahuaca 3759) “Escorpio”, la obra escrita y dirigida por Julieta Otero protagonizada por Sofía González Gil y Miguel Ferrería.
Desde las 20:30 los asistentes al estreno – que al momento de escribir esta nota ya agotó localidades – conocerán la historia de Marina y Sebastián; una actriz tan histriónica como decepcionada que canaliza el sinsentido de su vida entre la ficción y el sexo, y un herrero por mandato familiar que, aunque desconoce qué quiere de su vida, tiene una sola certeza: está cansado de pasar sus días entre escenografías de teatro y convivir con personajes que irrumpen con canciones y puestas de luces en pleno almuerzo.
Esta comedia dramáticamente apasionada nos propone un salto sin red a la búsqueda de la propia voz mientras que la convivencia diaria y el amor se vuelven un campo de batalla.
Para conocer todos los secretos de esta puesta, desde Minúscula charlamos con Sofía González Gil, la Marina de esta historia.
– ¿Cómo te estás preparando para el estreno?
– Estamos ensayando desde febrero. Son un montón de meses. Sobre todo para esta versión larga, porque “Escorpio” se estrenó y se pensó originalmente como una obra de microteatro de quince minutos y ahora se hizo la versión larga. Esa es la versión que estamos ensayando desde febrero de este año.

– ¿Cómo te sentís con esta nueva versión?
– La verdad es que la obra me encanta desde el minuto cero. Desde que era corta. Me encanta la versión larga y tengo muchas ganas de hacerla. Estoy muy ansiosa, súper entusiasmada. Es una obra que me gusta mucho y con un equipo que me gusta mucho. Estamos muy contentos con este estreno.
Acerca de las diferencias entre la “micro versión” y esta nueva “versión extendida”, Sofía explica: «Es bastante distinta a la versión corta. Es mucho más profunda. La versión corta era se quedaba un poco más en la superficie y en la comedia. Esta versión escala a otras profundidades de los personajes, otras capas, otra etapa del vínculo, es mucho más profunda y abarca mucha más historia de la pareja y de cada personaje».
En la obra, Sofía toca la guitarra en el escenario, acaso una de las diferencias sonoras más notables de esta nueva puesta respecto a sus antecesoras. Con la previa aclaración, de que no es guitarrista pero hace mucho toma clases de guitarra, la intérprete detalla para Minúscula que toca la guitarra muy poquito en escena; que es una canción muy cortita y chiquitita que tiene el personaje y que se trata de una canción original compuesta para la obra por Fran Ruiz Barlett.

Sobre cómo se lleva con la incorporación de música en vivo a la obra cuenta que: “La canción está hecha un poco a mi medida, para que yo pueda hacerla tranquila y no perder demasiada energía en eso, es más para acompañar, no es para nada protagónica la situación de la música, simplemente está acompañando una cosa que es mucho más dramatúrgica. Así que me resulta placentero el momento».
Durante este año, los ensayos de “Escorpio” convivieron con los de otros proyectos y funciones que la actriz llevó adelante. Sobre cómo vivió esta situación relata:
«Estoy un poco acostumbrada a la superposición de proyectos porque el teatro independiente es así. No lo vivo con mucho enrosque. Lo disfruto inclusive; el hecho de poder pasar de una cosa a la otra, distintos códigos, distintos tonos de actuación, me parece un lindo desafío y en particular con esta obra. Es de las obras más desafiantes que hice por cómo está escrita, por el vínculo, porque es una obra super humana, porque es una obra llena de sutilezas, es muy hermosa. Soy muy fan de la obra«.
– ¿Cómo es la relación entre el equipo?
– Si bien la obra la escribió y dirige Julieta Otero, y con mi compañero Miguel Ferrería somos los únicos actores en escena, el equipo está compuesto por un montón de gente super talentosa en todos los rubros. De la asistencia de dirección al vestuario, todo el mundo está muy enamorado del proyecto. Creo que es algo muy general, esto que me pasa a mí – que la obra me encanta -, le pasa a todas las personas del equipo y eso es algo hermoso de ver.

– ¿Cómo fue el encuentro con la nueva escenografía para esta versión?
– Siempre es un momento de mucho vértigo porque uno viene ensayando en una sala de ensayos con cosas que “hacen de cuenta qué”. La mayor parte de los ensayos son pensados así, es una etapa de prueba y error y cuando llega las cosas definitivas hay un periodo de adaptación porque al principio es vertiginoso; las distancias son otras, los objetos son otros y se vuelve un momento fuerte de adaptarse, que también es parte del desafío.
Al preguntarle qué es lo mejor de Marina, su personaje, Sofía no deja lugar a dudas: «Lo mejor de ella es su capacidad de expresión. Lo libre que es. El poco filtro que pone entre lo que piensa y lo que dice».
– Si tuvieras que quedarte con un momentito de la obra, sin spoilers en lo posible, ¿con cuál te quedás?
– El final. No te lo quiero spoilear pero, van a ver cuando vengan, que el final es súper distinto a toda la obra. Toda la obra está en un registro y el final pega una vuelta que, para mí, es mucho más humana, sutil, súper profunda y muy apoyada en el vínculo. Creo que es mi parte favorita de la obra.

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