El Día Internacional del Orgasmo Femenino se conmemora anualmente el 8 de agosto en varios países del mundo con el objetivo de crear conciencia sobre la sexualidad femenina y el derecho al placer de las mujeres.
El origen se remonta a un estudio realizado por la Universidad Federal de Piauí, ubicada en Brasil, que concluyó que sólo el 28% de las mujeres lograban llegar al orgasmo en la región, y, por tal motivo, se estableció una ley municipal para promover que las mujeres alcanzaran el orgasmo como una cuestión de salud pública.
Si bien la lucha feminista avanzó y fue derribando tabúes respecto al bienestar sexual de las mujeres, aún falta mucho por hacer para lograr el goce total de las mujeres a sentir placer, por ello, desde Revista Minúscula charlamos con Evangelina Vidal, licenciada en Psicología y Sexología, para comprender la importancia de esta fecha y su visibilidad.
– ¿Por qué hay tanta ignorancia sobre el orgasmo femenino?
– La historia cuenta que la opresión de las mujeres data desde hace un largo tiempo. El control de su sexualidad deviene del interés por asegurar la herencia de las tierras, es decir que, para que esto sea posible, era necesario vigilar a quienes eran portadoras del vientre que daría a luz al destinatario y heredero de estas.
La vigilancia de la reproducción fue reforzándose mediante diversos sistemas de pensamientos moralista que eran funcionales a estos objetivos; para que verdaderamente los resultados fueran eficaces se enjuiciaba moralmente el placer femenino y se enaltecía la función de la maternidad, controlando de esta forma la conducta de las mujeres. El foco estaba puesto en la reproducción y en la maternidad, evitando el placer bajo la represión o su denigración.
Así fue que la cultura y sus costumbres llegaron a afectar diversos sectores de la sociedad. Por ejemplo, el clítoris, órgano exclusivamente destinado al placer, durante mucho tiempo no figuró ni en libros de anatomía ni de medicina. Hoy sabemos que la estimulación del clítoris, de forma directa o indirecta, es necesaria para el orgasmo, sin embargo, la manera de su estimulación que también puede ser indirecta para sentirlo, da cuenta que el placer va más allá del clítoris y del orgasmo.
– ¿Cuáles son los prejuicios que existen al respecto del placer sexual en las mujeres?
– Creo que son muy variadas las temáticas que sustentan los prejuicios vigentes por los cuales deberíamos liberarnos.
Por un lado, nos encontramos con restos de aquellas ideas anticuadas relacionadas a la represión del placer de las mujeres, que algunas de estas todavía no las dejamos totalmente atrás. Entonces aparece la culpa, la angustia o nos sentimos avergonzadas cuando el deseo se presenta.
Dentro de los prejuicios de esta categoría entraría el concepto de “puta”, término que no tiene equivalente masculino para el significado que representa porque habla de la mujer deseante. Ante esa palabra el diccionario dice: es la mujer que entrega su cuerpo a los placeres. Sin embargo, todavía utilizamos esa expresión de forma despectiva.
Por otro lado, encontramos las exigencias relacionadas a tener que vivenciar ese placer. Esto tampoco nos conecta con un bienestar genuino porque se convierte en una obligación más, un requisito a cumplir para ser parte de las que tienen “buen sexo”, y acá es cuando nos encontramos con ansiedades, exigencias y frustraciones que resultan de evaluaciones y comparaciones con ideales imposibles.
Suponer que debemos cumplir con ciertas performances inaccesibles y que nuestra experiencia no es suficiente no lleva a criticar nuestros cuerpos, desvalorizar nuestra persona, desestimar nuestras necesidades poniendo en primer plano la imagen o las metas, olvidándonos de lo maravilloso de los procesos; perjudicando de esta manera la autoestima y disminuyendo las posibilidades de placer sexual.
– ¿Cómo influye el patriarcado / la educación sexista en el placer femenino?
– Así como ya no queremos sociedades donde los varones no lloren, no expresen sus emociones o se pierdan de relacionarse con sus hijxs, tampoco queremos que las mujeres sientan culpa o vergüenza de sus cuerpos y de su sexualidad. Sabemos que estas creencias aprendidas desencadenan problemas de salud, violencias, malestares interpersonales y sociales, entre otras cosas.
Hemos logrado identificar exigencias de comportamientos vinculadas al género que fueron transmitidas en juegos infantiles, el cine, en cuentos o canciones estilo “Arroz con leche«. Estas producciones son parte de nuestra cultura, por lo que hoy el objetivo de muchxs educadores, es concientizar acerca de los efectos de naturalizar estos mensajes y trabajar para construir cambios en estas áreas.
Esto se aplica a cualquier tipo de ficción que insista en estos estereotipos, desde cuentos como “La bella durmiente y el príncipe azul«, hasta la industria porno empecinada en sostener la erotización de la violencia y la exclusión de la participación activa de las mujeres a la hora de disfrutar.
Los resultados de este estilo de exigencias muestran desde inhibiciones de comportamientos, reducción de experiencias emocionales, insatisfacción, baja autoestima, desórdenes en la alimentación, alteración de estados anímicos y afectación en general sobre la sexualidad de las personas, entre tantos otros. Los resultados son perjudiciales para todas las personas más allá del género, así como lo es la responsabilidad de cultivar día a día un presente más sano.
– ¿Cómo ayuda la ESI generar conciencia sobre el orgasmo femenino?
– En principio, la ley 26.150 pone foco en brindar información precisa y objetiva, la cual hasta hace muy poco era incompleta. Considero que la ESI y sus objetivos son ejes fundamentales para garantizar al placer un lugar valioso dentro de la vida de las personas.
La educación permite tomar decisiones acerca de nuestra salud sexual, las formas que deseamos vincularnos y construir nuestra identidad. Ademas de contar con informacion sobre el acceso a los métodos anticonceptivos, las diferentes formas de construir una familia, así como el reconocimiento de distintos tipos de violencia, discriminación o acciones abusivas que pueden prevenirse.
– ¿Esta problemática está presente sólo en parejas heterosexuales? ¿Qué pasa en los vínculos de identidades diversas, como el lesbianismo o la no binariedad?
– Es importante la información acerca de la sexualidad relacionada a todas las dimensiones humanas. La sexualidad se vincula a la identidad, los intereses, deseos, expresiones y derechos, entre otras cosas.
El placer atraviesa a todas las personas y va más allá del género. El placer en las mujeres particularmente es sin duda es un movimiento cultural que afecta y beneficia a toda la sociedad, por eso desde hace tiempo, se dice que lo personal es también político ya que la forma en la que vivimos se ve afectada por nuestro entorno. Una sociedad que tiene espacio para las diferencias es una sociedad donde hay respeto y garantías de derecho.
– ¿Qué información falta al respecto?
– Creo que estamos en medio de un desborde de información, lo que falta es que sea la precisa. Siempre estamos rodeadas de imágenes alejadas de la realidad que disparan distintas ideas que nos distancian de la propia experiencia, por ejemplo, cómo deben ser nuestros cuerpos, qué nos tiene que gustar que nos hagan y hasta como deben de ser nuestros orgasmos.
Todo esto nos aleja de nuestras verdaderas preferencias y alimenta el desconocimiento. Preguntarnos y saber acerca de lo que nos gusta y lo que no, reflexionar acerca de para qué queremos tener orgasmos, explorarnos, tocarnos, sentirnos, entre tantas otras cosas es la única manera de poder comunicarnos lo que necesitamos.
Es por esto que nuestro placer depende de nosotras. Conocernos nos libera.
– ¿Qué pasa con las llamadas “fallas sexuales”? La mujer sin dudas es más “castigada” por no poder excitarse, mucho más por “acabar”.
– Es importante que nos informemos acerca de la respuesta sexual y que llevemos a la práctica esta información a la hora de tener encuentros sexuales.
En principio, las personas con vulva y vagina necesitamos más tiempo que las personas con pene para que la sangre llegue a los vasos sanguíneos de la zona pélvica y que se produzca entre otras cosas la lubricación o la erección y eso tiene que ver con la fisiología.
Si recordamos que el orgasmo es una descarga de tensión (tensión generada por la excitación), a mayor tensión mayor experiencia de descarga, por lo tanto, mayor placer. Claro que la sexualidad no funciona de forma tan exacta como las matemáticas y en ocasiones este proceso puede verse alterado por destinar atención a juicios absurdos o creencias anticuadas que inhiben la expresión e interrumpen la disposición para que la actividad o el encuentro sexual acontezca.
Es importante recordar que el orgasmo es una experiencia subjetiva de placer, que dependerá de cada persona, de sus coordenadas mentales, historia, creencias, mandatos, etc. y la forma en que las elabora.
Por otro lado, para que la excitación aparezca debe haber un “buen estímulo” que despierte el deseo. Esto incluye tanto el trato que nos gusta recibir, la forma en la que nos excita ser miradas, tocadas, acariciadas y hasta pensadas e interpretadas. Por esto si en una relación esto no se da de forma satisfactoria es probable que en otra sí. Con esto me refiero a que es importante reflexionar acerca de la calidad de los vínculos que elegimos, saber con quienes nos relacionamos sexualmente y como va siendo la construcción de esas relaciones.
Por último, me interesa señalar que la experiencia del orgasmo no es indicadora de que el encuentro sexual acabe o termine, como hasta hace un tiempo se entendía. El placer sexual lo podemos vivenciar de distintas formas, por eso es importante que juguemos un poco con esto y otorguemos el papel protagónico a la parte de los encuentros que solemos llamar “previa”. La calidad de esos momentos en verdad puede despertar verdaderas sensaciones orgásmicas, más allá de las espasmódicas que pueden presentarse en el cuerpo.
– ¿Por qué no es una preocupación ni un objetivo, el estimular y conocer el goce sexual femenino?
– Es probable que todavía muchas mujeres no otorguen el espacio suficiente al placer. Muchas están sobrecargadas de responsabilidades, de actividades requeridas de parte de la sociedad, para cumplir con ideales de belleza, éxito y empoderamiento y ni hablar si a esto le sumamos querer organizar una familia.
Sin embargo, es preocupación de muchos profesionales de la salud mental y sexual advertir que el desconocimiento y la falta de espacio para el placer o goce femenino afecta distintas dimensiones de la vida humana.
– En base a encuestas realizadas sobre cuánto conocimiento hay hoy sobre la sexualidad, varias mujeres coincidieron en que la información está presente y es accesible. Sin embargo, llegué a la conclusión de que dicha información es un privilegio ya que las personas encuestadas son mujeres de clase media de CABA. ¿Qué opinás al respecto?
– Me parece que es importante sacar al placer de un lugar asociado al lujo. El placer hoy día está directamente vinculado a la salud. La forma en la que se ordenan las ciudades actuales de clase media, es a través de pantallas, de altas expectativas económicas, de alta productividad y con tantas exigencias y mandatos relacionados al éxito con los que cargamos que han llegado a afectar las químicas del cuerpo. Las personas duermen menos, aumentan los estados de ansiedad, los estados depresivos y el aislamiento.
Por eso es importante para la salud realizar actividades que no necesariamente tengan una finalidad productiva sino que las realicemos por placer; que sepamos que el disfrute cumple diversas funciones en el organismo y, por ello, es importante que no lo descuidemos.
– Por otro lado, en las mismas encuestas, pregunté cuál es la forma más común que tienen de llegar al orgasmo y la mayoría respondió por masturbación, ¿que me podés contar respecto a eso?
– ¡Que si esto es así tenemos un montón de terreno ganado y es una gran noticia! A las mujeres nos toca, en estos tiempos, aprender a decir, a comunicar lo que nos gusta, a pedir lo que queremos que nos hagan, sin dejar de estar dispuestas a explorar con curiosidad; y para esto es fundamental contar con un mediano y continuo autoconocimiento.
La autoexploración es fundamental. Obviamente que también puede ser que con otras personas descubramos muchas más cosas que nos gustan.
Se trata de curiosear, husmear y sorprenderte. Tocarse, recorrerse y saber qué partes te gustan de vos es un acto de amorosidad hacia tu propia persona que podés ampliar día a día y que nos dispone a abrimos a recibir placer, y vale aclarar que con recibir no me refiero a asumir una posición pasiva durante una relación sexual, sino que hablo de una experiencia interna, de una posición subjetiva que dignifica al placer.
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